El Pontífice y Sarkozy hablaron a solas, en francés, durante 33 minutos, en un ambiente de cordialidad, según fuentes vaticanas.
El papa Benedicto XVI recibió hoy en el Vaticano al presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, una audiencia que se ha producido tras las duras críticas -entre ellas de la Iglesia Católica y del propio Pontífice- a su política de expulsión de gitanos.
El Pontífice y Sarkozy hablaron a solas, en francés, durante 33 minutos, en un ambiente de cordialidad, según fuentes vaticanas.
Esta es la tercera vez que el presidente francés se entrevista con Benedicto XVI, tras la visita oficial a la Santa Sede del 20 de marzo de 2007 y el viaje del Papa a Francia en septiembre de 2008, donde visitó París y el santuario mariano de Lourdes.
Sarkozy llegó al Vaticano pocos minutos después de las 11.00 hora local, con más de un cuarto de hora de retraso sobre el horario previsto, y fue recibido por Benedicto XVI en la "Sala del Tronetto" con un "buenos días, Señor Presidente", en francés, y el político le dijo que estaba "muy contento de verle de nuevo".
El Papa, estrechándole las manos, agregó que tenía "un gran recuerdo" de su viaje a Francia y Sarkozy le respondió que la visita fue un "gran éxito".
Ya en la Biblioteca Privada, lugar del encuentro a solas, el Papa subrayó "el alma católica de Francia".
Sarkozy acudió al Vaticano con un séquito compuesto por diez personas, entre ellas el ex comisario europeo Jacques Barrot, el vicepresidente del Senado, Jean-Claude Gaudin, y los escritores Alix de Saint-Andre y Denis Tillinac.
Sarkozy regaló al Papa la colección de libros de René de Chateaubriand (1768-1848) y Benedicto XVI le correspondió con una reproducción en cerámica de la basílica de San Pedro del Vaticano y de un cuadro de la plaza de San Pedro.
Cuando se despedía del Papa, Sarkozy le pidió un rosario, al parecer para una sobrina.
Tras la audiencia, Nicolás Sarkozy se reunió con el secretario de Estado vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone, y después bajó a la basílica de San Pedro "para rezar por Francia", algo inédito, según fuentes francesas.
La visita se ha producido tras las numerosas críticas, entre ellas del Vaticano, a la política francesa de expulsión de gitanos.
Benedicto XVI, durante el ángelus del 22 de agosto, hizo un llamamiento en francés para la acogida "de la legítima diversidad humana".
El secretario emérito del Consejo Pontifico para los emigrantes, el arzobispo Agostino Marchetto, dijo que la persecución de la que son víctimas los gitanos "es una suerte de nuevo Holocausto".
"Yo no puedo alegrarme del sufrimiento de estas personas, en particular, cuando se trata de personas débiles y pobres que son perseguidas, que son víctimas también de un holocausto y viven siempre escapando de los que les dan caza", afirmó el prelado. EFE
El Pontífice y Sarkozy hablaron a solas, en francés, durante 33 minutos, en un ambiente de cordialidad, según fuentes vaticanas.
Esta es la tercera vez que el presidente francés se entrevista con Benedicto XVI, tras la visita oficial a la Santa Sede del 20 de marzo de 2007 y el viaje del Papa a Francia en septiembre de 2008, donde visitó París y el santuario mariano de Lourdes.
Sarkozy llegó al Vaticano pocos minutos después de las 11.00 hora local, con más de un cuarto de hora de retraso sobre el horario previsto, y fue recibido por Benedicto XVI en la "Sala del Tronetto" con un "buenos días, Señor Presidente", en francés, y el político le dijo que estaba "muy contento de verle de nuevo".
El Papa, estrechándole las manos, agregó que tenía "un gran recuerdo" de su viaje a Francia y Sarkozy le respondió que la visita fue un "gran éxito".
Ya en la Biblioteca Privada, lugar del encuentro a solas, el Papa subrayó "el alma católica de Francia".
Sarkozy acudió al Vaticano con un séquito compuesto por diez personas, entre ellas el ex comisario europeo Jacques Barrot, el vicepresidente del Senado, Jean-Claude Gaudin, y los escritores Alix de Saint-Andre y Denis Tillinac.
Sarkozy regaló al Papa la colección de libros de René de Chateaubriand (1768-1848) y Benedicto XVI le correspondió con una reproducción en cerámica de la basílica de San Pedro del Vaticano y de un cuadro de la plaza de San Pedro.
Cuando se despedía del Papa, Sarkozy le pidió un rosario, al parecer para una sobrina.
Tras la audiencia, Nicolás Sarkozy se reunió con el secretario de Estado vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone, y después bajó a la basílica de San Pedro "para rezar por Francia", algo inédito, según fuentes francesas.
La visita se ha producido tras las numerosas críticas, entre ellas del Vaticano, a la política francesa de expulsión de gitanos.
Benedicto XVI, durante el ángelus del 22 de agosto, hizo un llamamiento en francés para la acogida "de la legítima diversidad humana".
El secretario emérito del Consejo Pontifico para los emigrantes, el arzobispo Agostino Marchetto, dijo que la persecución de la que son víctimas los gitanos "es una suerte de nuevo Holocausto".
"Yo no puedo alegrarme del sufrimiento de estas personas, en particular, cuando se trata de personas débiles y pobres que son perseguidas, que son víctimas también de un holocausto y viven siempre escapando de los que les dan caza", afirmó el prelado. EFE
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