Los legisladores aprobaron un proyecto de ley presupuestario de 410.000 millones de dólares que permitirá a los cubano-estadounidenses viajar a la isla una vez al año.
Con 245 votos a favor y 178
en contra, los legisladores aprobaron un proyecto de ley presupuestario de
410.000 millones de dólares que permitirá a los cubano-estadounidenses viajar a
la isla una vez al año, y no cada tres años como lo dice la legislación actual.
El proyecto de ley asigna
los presupuestos para nueve agencias federales que no habían sido aprobados el
año pasado para mantener en funciones a esos departamentos en el año fiscal
2009, que concluye en septiembre próximo.
"Hoy hemos tomado una
acción compasiva, porque corrige una medida que restringía las visitas y además
envía un mensaje de que el Congreso apoya (...) un cambio en la política hacia
Cuba", dijo el legislador demócrata José Serrano, presidente de un
subcomité de asignación de
La legislación amplía la
definición de "familiares cercanos", de manera que ahora se incluya,
además de padres, abuelos, hermanos e hijos, a tíos y sobrinos.
La medida aprobada revierte
las restricciones que impuso en junio de 2004 el Gobierno del entonces
presidente George W. Bush como medida de presión para alentar un cambio
democrático en la isla.
Serrano explicó que la
legislación permitirá que los cubano-estadounidenses viajen una vez al año,
gasten 179 dólares al día durante su estancia, y visiten a miembros de su
familia extendida.
También revierte las trabas
regulatorias a la venta de medicinas y alimentos a Cuba, de manera que, por
ejemplo, el Gobierno de
"Cuba es el único país
que tiene que pagar al contado (...) y es algo irónico si parte de nuestro
deseo es propiciar un cambio en la isla; el crédito es la esencia del
capitalismo", observó Serrano.
Sin embargo, para
convertirse en ley, la medida tiene que ser aprobada en el Senado, donde los
demócratas tendrán que reunir al menos 60 votos para impedir cualquier táctica
dilatoria de sus detractores.
El senador republicano Mel
Martínez, de origen cubano-estadounidense, dijo que se opondrá a la medida.
"Este proyecto de ley
financia nuestras escuelas, nuestros programas federales de salud y de
vivienda, y otros programas sociales y si los senadores están dispuestos a
votar en su contra simplemente porque no quieren que un cubano-americano pueda
visitar a un familiar moribundo, tendrán que responder a eso", enfatizó.
Agregó que existe la
posibilidad de que el exilio cubano una vez más intente controlar la política
de EE.UU. e imponer su voluntad sobre el resto del país, pese a que una
creciente mayoría de cubano-estadounidenses apoya flexibilizar las
restricciones de viaje.
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