El juez especial de causas de derechos humanos, Mario Carroza, ha logrado determinar que durante la dictadura de Pinochet al menos 2 mil 021 niños fueron adoptados en Suecia entre 1971 y 1992.
La justicia de Chile comenzó a abrir una de las páginas más oscuras de la dictadura de Augusto Pinochet: la adopción irregular de miles de niños enviados al extranjero. Hoy, sus madres los buscan, ayudadas por las redes sociales.
El juez especial de causas de derechos humanos Mario Carroza realiza desde enero una extensa investigación sobre sustracción de menores centrada en los años de la dictadura, aunque, ante nuevas denuncias, la amplió hasta 2000.
Si bien se ha descartado el secuestro de niños como método represivo, como sucedió en Argentina, se cree que las condiciones de esa época facilitaron el actuar de grupos dedicados a "captar" niños para enviarlos al extranjero con fines económicos.
Testimonios
El 9 de julio de 1977, durante los años más cruentos de la dictadura (1973-1990), Margarita Escobar llegó a tener a su hija al hospital Paula Jaraquemada de Santiago. Alcanzó a ver a su bebé unos instantes antes de que se la llevaran.
Cuatro décadas después relata que durante horas nadie le dio información sobre su hija y que cada tanto la inyectaban para mantenerla dormida. "Cada vez que despertaba volvía a preguntar por ella, hasta que una matrona me dijo: tu guagua (bebé) nació muerta".
En el mismo hospital, en febrero de 1985, María Orellana dio a luz a un niño que llamó Cristián. "Alcancé a escuchar que era un varón; después me aplicaron una inyección y no supe más", cuenta. Al igual que Margarita, a María tampoco le dieron ningún papel ni le entregaron el cuerpo. "No hay nada, es como si yo no hubiera pasado por ese hospital", recuerda hoy, empeñada como otras miles de madres en encontrar a su hijo.
La búsqueda
Sin papeles que respalden su historia, muchas madres guardaron su dolor por años. Pero a medida que los primeros casos fueron haciéndose públicos y se formaron grupos de búsqueda en redes sociales, muchas se dieron cuenta de que miles compartían su experiencia.
Uno de estos grupos es "Hijos y madres del silencio", que reúne en Facebook a unas 3,000 personas: hijos que buscan su origen biológico y madres que quieren reencontrase con hijos arrebatados.
En tres años, el grupo ha logrado casi 90 reencuentros. Las pruebas de ADN son hoy su mayor ayuda. Con dificultad, por los costos, muchas madres se están realizando los test rápidos para poder ingresar a bancos genéticos internacionales.
AFP
Comparte esta noticia