Un nuevo estudio propone que los reptiles voladores llamados pterosaurios no tenían protoplumas, sino fibras resistentes ramificadas en las alas.
El debate sobre cuándo desarrollaron las plumas los dinosaurios ha dado un nuevo giro, con un estudio que refuta la idea de que estuvieran presentes en los reptiles voladores llamados pterosaurios.
El doctor Zixiao Yang, de la Universidad de Nanjing, y sus colegas presentaron evidencia de filamentos ramificados en forma de plumas, 'protoplumas', en la piel de los pterosaurios en un artículo de 2018 en la revista Nature Ecology and Evolution.
Ahora David Unwin, del Centro de Investigación en Paleobiología de la Universidad de Leicester, y el profesor Dave Martill, de la Universidad de Portsmouth, han ofrecido una explicación alternativa, sin plumas, para la evidencia fósil en la misma revista.
Este debate tiene enormes implicaciones paleontológicas. Los pterosaurios emplumados significarían que las primeras plumas aparecieron por primera vez en un antepasado compartido por pterosaurios y dinosaurios, ya que es poco probable que algo tan complejo se haya desarrollado por separado en dos grupos diferentes de animales.
Esto significaría que los primeros elementos parecidos a plumas evolucionaron al menos 80 millones de años antes de lo que se piensa actualmente. También sugeriría que todos los dinosaurios comenzaron con plumas, o protoplumas, pero algunos grupos, como los saurópodos, las perdieron posteriormente nuevamente, todo lo contrario de la teoría actualmente aceptada.
La evidencia se basa en diminutos filamentos con forma de cabello, de menos de una décima de milímetro de diámetro, que se han identificado en unos 30 fósiles de pterosaurios. Entre estos, Yang y sus colegas solo pudieron encontrar solo tres especímenes en los que estos filamentos parecen exhibir una "estructura ramificada" típica de las protoplumas.
No eran protopulmas sino fibras
Unwin y Martill proponen que no se trata de protoplumas sino de fibras resistentes que forman parte de la estructura interna de la membrana del ala del pterosaurio, y que el efecto de "ramificación" puede ser simplemente el resultado de la descomposición y deshilachamiento de estas fibras.
"La idea de los pterosaurios emplumados se remonta al siglo XIX, pero la evidencia fósil era, y sigue siendo, muy débil. Las afirmaciones excepcionales requieren evidencia excepcional: tenemos la primera, pero no la última", dijo Unwin.
El profesor Martill señaló que, de cualquier manera, los paleontólogos tendrán que reevaluar cuidadosamente las ideas sobre la ecología de estos antiguos reptiles voladores.
Dijo: "Si realmente tenían plumas, ¿cómo las hacía lucir? Y exhibían la misma fantástica variedad de colores que exhiben las aves. Y si no tenían plumas, ¿cómo se mantenían calientes por la noche?" ¿Qué límites tenía esto en su rango geográfico? ¿Se mantuvieron alejados de los climas más fríos del norte como lo hacen la mayoría de los reptiles en la actualidad? ¿Y cómo se termorregularon? Las pistas son tan crípticas que todavía estamos muy lejos de averiguar cómo estos increíbles animales se desempeñaban.
(Con información de Europa Press)
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