Entre los habitantes de la capital de Haití se ha extendido el temor que la epidemia se llegue a regiones como el Oeste y el Sureste, afectadas por el devastador sismo del 12 de enero.
Las autoridades sanitarias de Haití confirmaron hoy el primer caso de cólera en Puerto Príncipe, la capital del país, donde los habitantes siguen con el máximo interés las noticias que llegan de las zonas afectadas por el brote de cólera, que ha dejado hasta el momento 291 fallecidos.
El representante de la Dirección de Epidemiología del Laboratorio de Investigación del Ministerio de Salud Pública, Roc Magloire, explicó en rueda de prensa que el caso confirmado es uno de los cinco sospechosos en la capital que se investigaban desde el fin de la semana pasada.
Precisó que el afectado llegó a la capital haitiana procedente de las montañas de Matheux, una zona limítrofe entre Artibonite (norte), la zona más afectada por el brote, y el departamento Oeste, al que pertenece Puerto Príncipe.
El funcionario informó de que el número de hospitalizados por cólera ascendió a 3.612 en Artibonite, mientras que en el departamento de Plateau Central (este) bajó de 361 a 157, aunque los fallecidos en este último ya son 18, tras la muerte de cuatro prisioneros de la cárcel de Las Cahobas que formaban parte de un grupo de 50 reos afectados de cólera.
También hoy se reportaron diez casos del brote en el Noroeste, según la emisora local Radio Kiskeya, que citó al director de salud pública de la region, Roger Laurent.
Entre los habitantes de Puerto Príncipe se ha extendido el temor a que la epidemia se extienda a regiones como el Oeste y el Sureste, afectadas por el devastador sismo del 12 de enero, donde malviven 1,3 millones de personas en en condiciones muy precarias, en 1.300 campamentos, en su mayoría improvisados.
Cerca del campamento, donde no existe un contenedor de basuras, se pudo observar a damnificados trasladando agua en recipientes sin tapas a pesar de las consignas de precaución y de higiene y continúa la venta de comidas preparadas sin control alguno.
Emmanuel, conductor para de una Organización no gubernamental (ONG), confió a Efe que desde que se detectó el brote no toma agua vendida en la calle y prefiere "comer una menta dulce para tratar de combatir mi sed", e informó de que, como otros padres, decidió no enviar a sus niños a la escuela, porque "el cólera mata mas rápido que el sida".
EFE
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