La situación en Quito es alarmante desde hace mes y medio, cuando la desescalada disparó los positivos por encima de lo esperado. La urbe acumula solo 30 casos menos de los de registra Guayaquil hasta ahora.
La capital de Ecuador, Quito, está a punto de igualar en número de contagios a la costera Guayaquil, epicentro de la pandemia del coronavirus en el país entre marzo y abril, aunque los fallecidos oficiales por la enfermedad es aún más bajo.
La situación en Quito, ciudad de tres millones de habitantes, es alarmante desde hace mes y medio, cuando la desescalada disparó los positivos por encima de lo esperado. Casi el triple.
Este miércoles, según estadísticas oficiales, la urbe acumulaba 17 741 casos, 30 menos de los de registra Guayaquil hasta ahora.
En la ciudad costera la inmensa mayoría de los contagios se dieron en la segunda quincena de marzo y la primera de abril en una rápida proliferación que colapsó sus sistemas sanitario y funerario.
El próximo sábado, con motivo del 485 aniversario de la fundación de Guayaquil, sus ciudadanos recordarán en una sesión solemne a las víctimas de aquella tragedia humanitaria, que costó la vida a más de 10 000 personas entre casos confirmados y no confirmados.
En cambio en Quito la progresión de contagios ha sido paulatina, aunque la curva no acaba de aplanarse.
EL VIRUS GANA TERRENO
"El virus está ganando bastante terreno y en cierto punto puedo decir que también ya reclamando vidas", explicó a Efe Danilo Calderón, gerente del hospital IEES Quito Sur, uno de los frentes de batalla contra la pandemia.
Esta tendencia en la capital se inició en la última semana de junio y ha proseguido todo este mes, explicó el directivo, quien auguró que la "tendencia al alza" seguirá "todo lo queda de julio y hasta las dos primeras semanas de agosto".
La propagación desproporcionada del virus ha llevado a las autoridades a desplegar fuerzas de seguridad en siete sectores de Quito, con el fin de impedir que la población se salte las recomendaciones de llevar mascarilla, mantener distancia y no celebrar fiestas.
Además, 70 brigadas solidarias colaboran en la tarea de "romper la cadena de transmisión del virus", según el Municipio, que no descarta que se amplíe el toque de queda, que en la actualidad rige de9 p.m. a 5 a.m.
Guayaquil, precisamente, destinó equipos sanitarios y profesionales médicos para hacer frente a la pandemia en la capital.
DESCONTROL SOCIAL
Las autoridades atribuyen la ola de contagios al descontrol social, que ha llevado al consiguiente aumento de las sanciones.
Las políticas municipales y gubernamentales no acaban de convencer a la población, entre otras razones, porque el confinamiento al inicio de la pandemia dejó a cientos de miles de personas sin sustento.
"Vender para comer algo", respondió a Efe escuetamente Marlene Tapia, vendedora ambulante en uno de los cruces del centro-norte de la capital junto a su hija de unos 5 años.
Procedente de uno los barrios del sur de la capital, a más de 20 kilómetros, esa mujer sale a diario para vender frutas junto a un pequeño centro comercial y ganarse "varios dolaritos".
Pero las autoridades tienen el ojo puesto en las últimas semanas en aquellos que han convocado fiestas y concentraciones innecesarias, aprovechando que la ciudad pasó el 3 de junio del rojo al amarillo en el semáforo epidemiológico.
(Con información de EFE)
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