Bruno Bruins, ministro de Atención Sanitaria de los Países Bajos, se recupera tras sufrir un desmayo fruto del "agotamiento de estas semanas intensas", en referencia a los esfuerzos de su gobierno para contener los casos de coronavirus.
El ministro de Atención Sanitaria de los Países Bajos, Bruno Bruins, se desmayó en pleno debate parlamentario este miércoles sobre las medidas tomadas para frenar los contagios del coronavirus, y mientras escuchaba las reclamaciones de la ultraderecha, que exige un bloqueo total de las fronteras de este país europeo.
"Gracias por todo el apoyo que me están dando. Sufrí el desmayo por el agotamiento de estas semanas intensas. Ya estoy mejor. Ahora me voy a casa a descansar esta noche para poder volver a trabajar mañana y para pelear lo mejor posible contra el coronavirus", escribió el ministro en un mensaje de Twitter.
Este ministro estaba siendo cuestionado por el líder de la ultraderecha, Geert Wilders, sobre la crisis del coronavirus, cuando de repente empezó a encontrarse mal, se tambaleó en el estrado y cayó al suelo, hasta que el ministro de Asuntos Sociales y Trabajo, Wouter Koolmees, le ayudó a ponerse de pie de nuevo para tomar un trago de agua. La presidenta de la Cámara, Jadiya Arib, levantó de inmediato la sesión parlamentaria, con un parón de 45 minutos, y el ministro abandonó el pleno.
Bruno Bruins dejó el edificio del Parlamento de La Haya para descansar, después de que estas dos semanas se haya encargado de informar diariamente a la población sobre las nuevas medidas que se toman para frenar el virus. Durante este periodo, también recibió criticas de diferentes sectores de la sociedad, que exigen medidas más estrictas.
Coronavirus en Países Bajos
El Gobierno holandés está recibiendo muchas críticas por parte de la oposición, que le pide aislar a la población en sus casas y bloquear el país durante las semanas necesarias hasta controlar los contagios del coronavirus, que ya alcanza a 2.051 personas en Países Bajos, y abandone la estrategia actual de buscar la "inmunidad grupal", que se consigue -según el Ejecutivo- contagiando en torno al 60% de la población sana.
De momento, solo ha cerrado las escuelas, restaurantes y centros de ocio, y ha ordenado cancelar eventos en los que participen más de 100 personas al mismo tiempo, pero se niega a bloquear el país por los efectos que eso tendría en la economía, y porque considera que no es efectivo como medida contra el coronavirus.
(EFE)
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