Ante los medios, la funcionaria vertió lágrimas al constatar situaciones como un derrumbe menor en las obras de restauración de la pirámide de Akapana.
El deterioro de la ciudadela prehispánica de Tiahuanaco, ubicada en el altiplano boliviano y declarada Patrimonio de la Humanidad, y el mal estado de su museo arrancaron hoy lágrimas a la ministra de Culturas del país, Zulma Yugar, durante una visita a la zona.
Yugar, que hoy se reunió en Tiahuanaco con las autoridades municipales e indígenas del lugar, se declaró "alarmada" por la forma "irresponsable" en que se ha administrado el sitio arqueológico.
Ante los medios de comunicación, la funcionaria vertió lágrimas al constatar situaciones como un derrumbe menor en las obras de restauración de la pirámide de Akapana o la progresiva pérdida de las antiguas iconografías de la "Puerta del Sol".
La pirámide de Akapana, la Puerta del Sol o el templo de Kalasasaya son algunas de las construcciones más emblemáticas de lo que queda de la cultura tiahuanacota, que floreció entre el año 1580 antes de Cristo y el 1172 de nuestra era y que algunos expertos sitúan entre las más avanzadas de su época en América.
En este enclave, de gran significación espiritual para el mundo andino, el presidente Evo Morales fue investido en 2006 y 2010 como líder de los pueblos indígenas tras sus dos victorias electorales.
Su ministra de Culturas, que además es una popular cantante boliviana, también comprobó hoy personalmente que hay goteras y falta de seguridad en el museo donde se exhiben las valiosas piezas líticas y cerámicas halladas en las ruinas tiahuanacotas.
"El pueblo boliviano tiene que estar dolido, tiene que estar triste por la irresponsabilidad de las autoridades, esto viene de décadas. (...) A mí me duele profundamente lo que ha pasado, no como autoridad sino como boliviana y están brotando lágrimas de mis ojos porque estoy muy dolida", declaró.
En su visita, Yugar constató los daños que líquenes, musgos y moho están causando a las piedras milenarias del enclave, en particular al templo de Kalasasaya y a la Puerta del Sol.
Además, se lamentó al ver las filtraciones de agua en el museo donde se exhiben importantes piezas arqueológicas, entre ellas, el emblemático monolito prehispánico Bennett, que retornó a Tiahuanaco en 2001 tras haber permanecido casi 70 años frente al estadio de fútbol Hernando Siles en La Paz.
"Cuando llueve, llueve más adentro que afuera", dijo el viceministro de Interculturalidad, Miguel Peña, en alusión a las goteras existentes en varios ambientes del Museo Lítico de Tiahuanaco.
A estos problemas, se suman denuncias de mala administración del sitio por parte de la Unidad Nacional de Arqueología (UNAR), que fue intervenida la semana pasada por el Ministerio de Culturas.
"Estamos alarmados. No podemos creer que un sitio espiritual de la cultura andina, de nuestras identidades, esté manejado irresponsablemente de esta manera", afirmó Yugar.
De su lado, Peña afirmó que "no es posible que gente que ha estudiado arqueología" haga la restauración de las ruinas sin tener en cuenta las normas exigidas por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) para preservar el sitio, declarado Patrimonio de la Humanidad en 2000.
A decir del viceministro, la administración deficiente realizada por la UNAR ha hecho peligrar esa declaración, si bien el propio Ministerio de Culturas ha explicado que para ser sacado de la lista de la Unesco, Tiahuanaco debería ingresar primero en la lista de "patrimonios en riesgo", lo que aún no ha sucedido.
Los habitantes de Tiahuanaco y de las comunidades aledañas al sitio arqueológico han pedido al Gobierno de Evo Morales que profesionales "entendidos en la materia" se hagan cargo del sitio y realicen las tareas necesarias para su preservación.
Tras la reunión con las autoridades locales, Yugar anunció la disolución de la Comisión Interinstitucional de Administración y Gerencia del Sitio Arqueológico de Tiahuanaco (Ciaqsat) por su poca efectividad, y anunció una nueva instancia para proteger el complejo.
También se acordó que las autoridades municipales e indígenas locales harán un seguimiento al proceso de intervención de la UNAR y se fiscalizará el manejo económico que genera el turismo y los recursos de cooperación que recibe la alcaldía para proyectos en el enclave.
La ministra tiene previsto viajar dentro de diez días a París, donde se reunirá con responsables de la Unesco para informarles sobre la intervención a la UNAR y la creación de la nueva comisión, con la participación de las autoridades nacionales, departamentales, municipales e indígenas.
EFE
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