Séptimo encierro, penúltimo de Los Sanfermines, se llevó a cabo con una menor afluencia de corredores y espectadores que en días anteriores, indicaron.
Los toros de la ganadería salmantina de El Pilar protagonizaron hoy el séptimo encierro de los sanfermines, que, con dos minutos catorce segundos de duración, fue el más corto de estas fiestas y concluyó con una persona herida por asta y dos más por contusiones.
Con una menor afluencia de corredores y espectadores que en días anteriores, este penúltimo encierro de las fiestas estuvo repleto de momentos de peligro, con tropezones, golpes y caídas debido a la alta velocidad de los astados, sobre todo de dos de ellos, un toro colorado y otro negro.
Como cada día en estas fiestas que acoge la ciudad navarra de Pamplona (norte de España), la manada de toros partió a las 08.00 hora local (06.00 GMT) de los corralillos de Santo Domingo agrupada y encabezada por los cabestros.
El primer tramo de la carrera fue recorrido por los morlacos sin mayores problemas, aunque la rapidez que ya imprimían provocó las primeras caídas entre los mozos.
Al llegar al Ayuntamiento el toro colorado tomó la cabeza y en solitario pasó por la curva de la Estafeta, en la que, al chocar ligeramente contra el vallado, perdió velocidad y fue alcanzado por el resto de sus hermanos.
Pero inmediatamente después, este mismo toro colorado y otro negro volvieron a tomar la delantera y los dos juntos enfilaron a gran velocidad la calle, donde se pudieron ver bonitas carreras de los mozos, acompañadas de repetidas caídas y trompicones.
A mitad de esta calle tuvo lugar un momento de especial peligro cuando uno de los corredores quedó atrapado entre las astas del colorado, de las que pudo finalmente librarse sin llegar a caer gracias a unas apresuradas zancadas con las que incluso superó al veloz animal.
Las situaciones de peligro fueron constantes en Estafeta, donde, en sus metros finales, el toro colorado resbaló y el negro adelantado siguió en solitario su camino, entró en Telefónica y alcanzó la plaza.
Antes de acceder al coso, hubo un conato de caída masiva en el callejón y el propio toro que encabezaba la carrera resbaló en la entrada a la arena y quedó tendido durante algunos segundos.
Esta caída dio tiempo a que llegaran a la plaza cuatro de sus hermanos con los cabestros y algo después el sexto, entrando todos en chiqueros sin más problemas.
Tras la carrera, fueron trasladados a los hospitales de Pamplona tres corredores, uno de ellos el herido por asta en el tramo de Mercaderes.
Según informaron los servicios asistenciales, hasta el antiguo Hospital de Navarra fue conducido desde Mercaderes un joven madrileño de 27 años que sufría una cornada en el brazo derecho.
"En una primera exploración parece que no ha habido afectación vascular", según la citada fuente, que apuntó que su pronóstico parecía leve.
Hasta ese centro también fue trasladado desde el tramo de Estafeta un corredor, asimismo de Madrid, de 36 años, que sufría una policontusión leve, mientras que al antiguo Hospital Virgen del Camino, desde la cuesta de Santo Domingo, fue llevado un joven navarro de 18 años con una contusión dorsolumbar.
EFE
Con una menor afluencia de corredores y espectadores que en días anteriores, este penúltimo encierro de las fiestas estuvo repleto de momentos de peligro, con tropezones, golpes y caídas debido a la alta velocidad de los astados, sobre todo de dos de ellos, un toro colorado y otro negro.
Como cada día en estas fiestas que acoge la ciudad navarra de Pamplona (norte de España), la manada de toros partió a las 08.00 hora local (06.00 GMT) de los corralillos de Santo Domingo agrupada y encabezada por los cabestros.
El primer tramo de la carrera fue recorrido por los morlacos sin mayores problemas, aunque la rapidez que ya imprimían provocó las primeras caídas entre los mozos.
Al llegar al Ayuntamiento el toro colorado tomó la cabeza y en solitario pasó por la curva de la Estafeta, en la que, al chocar ligeramente contra el vallado, perdió velocidad y fue alcanzado por el resto de sus hermanos.
Pero inmediatamente después, este mismo toro colorado y otro negro volvieron a tomar la delantera y los dos juntos enfilaron a gran velocidad la calle, donde se pudieron ver bonitas carreras de los mozos, acompañadas de repetidas caídas y trompicones.
A mitad de esta calle tuvo lugar un momento de especial peligro cuando uno de los corredores quedó atrapado entre las astas del colorado, de las que pudo finalmente librarse sin llegar a caer gracias a unas apresuradas zancadas con las que incluso superó al veloz animal.
Las situaciones de peligro fueron constantes en Estafeta, donde, en sus metros finales, el toro colorado resbaló y el negro adelantado siguió en solitario su camino, entró en Telefónica y alcanzó la plaza.
Antes de acceder al coso, hubo un conato de caída masiva en el callejón y el propio toro que encabezaba la carrera resbaló en la entrada a la arena y quedó tendido durante algunos segundos.
Esta caída dio tiempo a que llegaran a la plaza cuatro de sus hermanos con los cabestros y algo después el sexto, entrando todos en chiqueros sin más problemas.
Tras la carrera, fueron trasladados a los hospitales de Pamplona tres corredores, uno de ellos el herido por asta en el tramo de Mercaderes.
Según informaron los servicios asistenciales, hasta el antiguo Hospital de Navarra fue conducido desde Mercaderes un joven madrileño de 27 años que sufría una cornada en el brazo derecho.
"En una primera exploración parece que no ha habido afectación vascular", según la citada fuente, que apuntó que su pronóstico parecía leve.
Hasta ese centro también fue trasladado desde el tramo de Estafeta un corredor, asimismo de Madrid, de 36 años, que sufría una policontusión leve, mientras que al antiguo Hospital Virgen del Camino, desde la cuesta de Santo Domingo, fue llevado un joven navarro de 18 años con una contusión dorsolumbar.
EFE
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