William Patrick Williams, de 19 años, le había confesado a su abuela que estaba tramando un tiroteo masivo en Texas. Le dijo que había alquilado una habitación de hotel y que había comprado un rifle AK-47, además de municiones.
En la última semana, Estados Unidos ha sido escenario de dos tiroteos consecutivos en Texas y en Ohio con un saldo de más de 20 muertos. Los atacantes: dos jóvenes que no pasaban de los 24 años.
Un tercer tiroteo masivo estaba por concretarse. Un joven de 19 años ya tenía todo planificado para asesinar a varias personas en un hotel de Texas y luego suicidarse; sin embargo, su abuela lo detuvo y evitó lo que iba a ser una matanza.
Según la información recogida por CNN, William Patrick Williams, de 19 años, procedente de la ciudad de Lubbock, Texas, fue detenido por agentes de FBI y de la ATF (Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos).
Previo a su detención, Williams le había confesado a su abuela que estaba tramando un tiroteo masivo. Le dijo que había alquilado una habitación de hotel y que había comprado un rifle AK-47 además de municiones.
La mujer habló con su nieto y lo convenció de internarse en un hospital para recibir tratamiento médico. Las autoridades destacaron la actitud valiente de la abuela pues sus acciones probablemente salvaron la vida de muchas personas.
“Esto fue una tragedia evitada. Quiero elogiar a la abuela del acusado, que salvó vidas al interrumpir este complot, así como a los agentes de policía y agentes federales de Lubbock que investigaron su adquisición ilegal de un arma mortal”, dijo el fiscal federal Nealy Cox.
De acuerdo con la investigación policial, la ATF recibió la información de que un joven de 19 años había recibido un formulario de transacción de armas de fuego el pasado 21 de julio. Estos hechos encendieron las alarmas de las autoridades, quienes lograron ubicar al sospechoso.
“El FBI trabajó en estrecha colaboración con nuestros socios en el Departamento de Policía de ATF y Lubbock para evitar que el acusado cometa un acto violento”, dijo el agente especial a cargo de la oficina local del FBI en Dallas, Matthew DeSarno. “Este caso es un ejemplo perfecto de agencias de aplicación de la ley que se unen para encontrar una solución que proteja al público del daño”, agregó.
William Patrick Williams brindó a la Policía permiso para tomar bajo custodia el arma, las municiones y varios cuchillos que dejó sobre su cama. El delito podría costarle hasta cinco años de cárcel.
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