Irma Reyes, tía del presunto asesino de la niña Fátima, contó que Mario, Gladys y sus tres hijos llegaron a su casa la tarde del pasado domingo. En declaración a medios mexicanos, detalló cómo confrontó a la pareja, luego de ver por la televisión que eran buscados por las autoridades.
Mario Alberto Reyes Nájera y Gladys Giovana Cruz Hernández, presuntos asesinos de la niña de 7 años en México, llegaron el pasado domingo 16 a la casa de la tía de Mario, Irma Reyes. Ella fue clave en la captura de los principales sospechosos del crimen que ha conmocionado México y ha desencadenado una inédita movilización policial.
Irma Reyes contó a medios mexicanos que la última vez que vio a su sobrino fue cuando tenía 3 o 4 años, luego del suicidio de 'Pepe', su hermano y padre de Mario. Dijo que recibió a su sobrino, a la esposa e hijos en su casa, por el recuerdo de su hermano.
La tía contó que estaba mirando la televisión cuando vio la fotografía de Mario y su esposa Gladys. Ambos eran señalados como los principales sospechosos del crimen, según la Fiscalía General de Justicia de Ciudad de México (FGJCM).
La mujer contó que de inmediato fue a confrontar a la pareja. "¿Qué hicieron?", preguntó, pero solo hubo silencio como respuesta. "Díganme la verdad, ustedes hicieron esa infamia ¿no?", así relató cómo los confrontó. La pareja aceptó su responsabilidad en el crimen.
"¿Quién la mató?", volvió a preguntar. "Lo estoy viendo en la tele, ¡me van a decir quién mató a la niña!", insistió. "¿Quién la mató?".
Al principio, Mario acusó a su esposa: "Fue ella". Sin embargo, después ambos confesaron que los dos asesinaron a la niña.
Irma fue a buscar a las autoridades policiales del municipio Isidro Fabela del estado de México. La pareja trató de escapar de la casa, pero en ese momento llegaron varios policiales, a quienes Mario intentó sobornar con 500 pesos (US$27) para que los dejen huir.
La pareja fue detenida por cohecho y luego un juez ordenó su captura por el secuestro y asesinato de la niña Fátima.
Una pena entre 80 y 140 años
Ambos se enfrentan a una pena de cárcel de entre 80 y 140 años, según confirmó el portavoz de la Fiscalía General de Ciudad de México, Ulises Lara, quien aclaró que los detenidos están acusados en principio del delito de "privación de la libertad con la finalidad de hacer daño". Las identidades de los sospechosos fueron reveladas a primera hora del miércoles por las autoridades, que paso a paso fueron construyendo una línea de tiempo desde que la mujer de nombre Giovana se llevó a Fátima de su escuela.
La mujer fue la primera en ser identificada al haber sido videograbada por las cámaras del Gobierno capitalino que vigilan las calles, que la mostraron cómo caminaba con la niña hasta que subió a un automóvil donde le perdieron el rastro. Después de que se revelase un retrato robot de la sospechosa, se informó que aparentemente ésta había vivido en la propiedad de la familia de Fátima, que les rentaba una habitación y que por eso a la niña no le era desconocida cuando la recogió en la escuela.
La familia de la menor presentó una denuncia por la desaparición al día siguiente, aunque hay una investigación para saber si fueron atendidos con oportunidad, porque la búsqueda de la niña se inició dos días más tarde. Un grupo de vecinos de la zona de Tulyehualco, sureste de la capital mexicana, encontraron los restos mortales de la niña el sábado pasado.
Asesinato de Fátima
Las autoridades estrecharon el cerco sobre los sospechosos al descubrir un domicilio en el mismo barrio en el que hallaron ropa de la mujer, prendas de la niña y huellas de violencia en una búsqueda que reveló a otro posible acusado, Mario Alberto. Entonces el portavoz de la Fiscalía reveló que, en vista de las pruebas halladas en esta casa, era posible que entre los dos acusados existiera una relación cercana toda vez que había evidencias de que ambos estuvieron en ese inmueble, y que se puede "deducir" que pudieran tener una relación sentimental.
(Con información de Milenio y la agencia Efe)
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