Hizo erupción nuevamente, expulsando una columna de humo de unos 1.500 metros de alto sobre el volcán, sin que las autoridades indonesias hayan informado de más víctimas.
El volcán Merapi, en la isla de Java, ha experimentado una fuerte erupción hoy que ha llevado a ampliar el perímetro de protección, el mismo día en que el presidente indonesio, Susilo Bambang Yudhonono, visitó la zona para supervisar la situación y pedir paciencia a los miles de evacuados.
El cráter expulsó ingentes cantidades de gases y ceniza ardientes que se elevaron hasta cientos de metros en el cielo y asustó a las personas en los centros de evacuación.
Hasta el momento, las autoridades no han informado de nuevas víctimas mortales o heridos, por lo que la cifra oficial se mantiene en 38 muertos.
"Esta ha sido la primera vez que la erupción se ha prolongado por más de una hora, por lo que decidí mover los centros de evacuados a 15 kilómetros del volcán, en vez de los 10 kilómetros que teníamos", anunció el director de la agencia vulcanológica de Indonesia, Surono, por la cadena de televisión Metro TV.
El vulcanólogo Subandriyo indicó por su parte que la nube caliente llegó más lejos que otras veces, a los nueve kilómetros de distancia, porque muchos de las casas y los obstáculos naturales, como los árboles, han sido calcinados.
Esta explosión, la segunda de la jornada, ha sido la más potente de todas las registradas desde que comenzaron las erupciones, el pasado día 26.
Subandriyo advirtió de que la actividad del volcán puede prolongarse durante meses, pero eso no quiere decir que deba haber más muertos de los 38 actuales si la población respeta el radio de seguridad establecido por las autoridades alrededor del cráter.
Entre las víctimas mortales se encuentran un bebé, un periodista y el guardián espiritual de la montaña, que murió carbonizado mientras rezaba en su casa para apaciguar al Merapi.
Por la mañana, el presidente de Indonesia, Susilo Bambang Yudhoyono, visitó a parte de las 70.000 personas desplazadas por las erupciones y les prometió ayuda para reconstruir sus casas, pero señaló que lo primero era la seguridad y que nada falte en los centros de evacuados.
El jefe de Estado, un militar retirado, solicitó paciencia a las personas damnificadas, porque la reconstrucción de sus casas podía llevar un tiempo.
A pesar del peligro, algunos indonesios que habitan junto al Merapi abandonan de madrugada los centros de evacuados para atender sus cultivos, alimentar los animales que crían o simplemente para asegurarse que su hogar sigue en pie.
Este volcán, cuyo nombre significa "Montaña de Fuego", es uno de los más activos de Indonesia y está catalogado como estratovolcán o de cono compuesto, como el Teide en España.
Una de las peores erupciones sucedió en 1930 y mató a unas 1.300 personas.
Indonesia pertenece al llamado "Anillo de Fuego del Pacífico", una zona de gran actividad sísmica y volcánica, y al menos 129 de sus más de 400 volcanes están activos.
EFE
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