Según el funcionario, Bin Laden y su lugarteniente Ayman al Zawahiri están escondidos cerca el uno del otro pero no juntos, protegidos por civiles y miembros de la inteligencia paquistaní.
El terrorista más buscado del mundo, Osama bin Laden, y su lugarteniente Ayman al Zawahiri podrían estar escondidos en casas en el norte de Pakistán pero no en una cueva como se ha mitificado, indicó un oficial de la OTAN a CNN.
"Nadie de Al Qaeda vive en una cueva" dijo el oficial, que habló en condición de anonimato porque el asunto implica importantes cuestiones de inteligencia militar.
Según el oficial, las autoridades creen que están escondidos cerca el uno del otro pero no juntos, protegidos por población civil y miembros del servicio de inteligencia paquistaní.
Pakistán ha negado en repetidas ocasiones que dé protección a los miembros de Al Qaeda y Estados Unidos le ha incluido como un país estratégico en la lucha contra la insurgencia talibán.
El funcionario señaló que es posible que Bin Laden se haya movido en los últimos años por la región de la zona montañosa de Chitral en el extremo noroeste, cerca de la frontera con China, a Tora Bora en el Valle de Kurram, uno de los bastiones talibán más duros.
En particular, el norte de Waziristán se ha convertido en una zona en la que confluyen militantes afganos, pakistaníes y árabes y donde se han planeado algunos de los ataques contra la OTAN en la frontera de Afganistán.
La OTAN tiene desplegados en Afganistán 11.819 militares de 47 países que forman parte de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF).
Esta zona es extremadamente abrupta y difícil de controlar por las fuerzas de la coalición. Se cree que Bin Laden estuvo oculto en Tora Bora durante la invasión estadounidense en 2001 y logró escapar para convertirse en el terrorista más buscado del mundo.
El oficial también confirmó que Estados Unidos cree que el mulá Omar, el líder de los talibanes, se ha movido entre las ciudades de Quetta y Karachi en Pakistán en los últimos meses.
En materia de seguridad señaló que aunque ha habido progresos, una evaluación interna apunta que a lo largo de la frontera entre Afganistán y Pakistán hay entre medio millón y un millón de hombres de entre 15 y 25 años dispuestos a luchar.
A pesar de los ataques militares, "cada año la insurgencia puede generar más mano de obra" señaló el oficial, que alertó que "nos estamos quedando sin tiempo".
La estrategia global, explicó, es aumentar los ataques aéreos y terrestres para aumentar la presión sobre los talibanes y los grupos insurgentes con el objetivo de que entablen negociaciones con el Gobierno afgano actual.
Según dijo, hay una sensación creciente de que muchos líderes insurgentes pueden estar dispuestos a aceptar condiciones como renunciar a Al Qaeda porque quieren volver a Afganistán.
Sin embargo, advirtió de que todavía quedan grupos de base como Quetta Shura liderado por el mulá Omar, la red Haqqani, y los talibanes paquistaníes que todavía estarían dispuestos a luchar.
EE.UU. sigue haciendo frente a una insurgencia más localizada en el sur, en lugares como Marja y el valle del río Helmand.
El funcionario enfatizó la urgencia de que el Gobierno afgano se haga cargo de la multitud de problemas que enfrenta.
Si no lo logra, el Ejército de EE.UU. podría tener una guerra "indefinidamente", dijo el oficial, que subrayó que el objetivo es lograr la reconciliación que permita que el Gobierno afgano pueda funcionar y proporcionar seguridad y servicios a la población. EFE
Comparte esta noticia