Un total de 166 personas fallecieron y cientos quedaron heridas en los tres días de asalto de un comando formado por diez terroristas, un atentado que traumatizó a la India y conmocionó al mundo.
Con velas encendidas, palabras de recuerdo y desfiles policiales, la ciudad india de Bombay rindió hoy tributo a las víctimas del asalto terrorista de hace un año, que mantuvo al mundo en vilo durante casi tres días.
Los canales de televisión indios mostraron a lo largo del día imágenes, acompañadas de música clásica y testimonios de víctimas, testigos o ciudadanos de Bombay, de los puntos atacados entre el 26 y el 29 de noviembre de 2008.
Un total de 166 personas fallecieron y cientos quedaron heridas en los tres días de asalto de un comando formado por diez terroristas, un atentado que traumatizó a la India y conmocionó al mundo.
"Nunca había visto a un terrorista. Creía que sólo existían en las películas", dijo al canal NDTV una niña que sufrió heridas de bala en una pierna.
En la antigua estación de trenes Victoria, hoy hubo ofrendas florales y una donación masiva de sangre, y miles de personas se detuvieron en señal de duelo por las víctimas.
En este recinto, los terroristas no tomaron rehenes, por lo que pasó a un segundo plano informativo durante el asalto, pero el coste humano fue el más alto, ya que varios hombres armados con "kaláshnikovs" y granadas mataron a quemarropa a decenas de civiles.
También hubo actos de recuerdo en el lujoso hotel Trident-Oberoi, visitado hoy por el jefe del Gobierno regional de Maharashtra, Ashok Chavan, en el vecino Taj y en el popular café Leopold.
Las televisiones mostraron asimismo imágenes del centro judío de Nariman, con fotografías del rabino que falleció durante el ataque.
En una demostración de fuerza a la ciudadanía, las autoridades organizaron desfiles de nuevos cuerpos de seguridad, en una jornada que debe culminar con la inauguración de un memorial a las víctimas a cargo del ministro de Interior, P. Chidambaram.
En entrevista con NDTV, Chidambaram admitió que los comandos de elite -que antes sólo tenían un cuartel central, en Delhi- llegaron tarde a Bombay para sofocar el asalto.
Explicó las iniciativas del Gobierno durante el último año para mejorar la seguridad de los ciudadanos y descartó una vez más una acción militar contra Pakistán, país donde tiene base el grupo separatista cachemir al que la India acusa del atentado, el Lashkar-e-Toiba (LeT).
"Hemos logrado poner una enorme presión (internacional) sobre Pakistán", se felicitó también Chidambaram.
Pero los ciudadanos, y en particular los de Bombay -una ciudad varias veces golpeada por el terrorismo- no se sienten más seguros aunque este año no ha habido atentados: así lo manifestaron un 48 por ciento de los indios y un 52 por ciento de los habitantes de la ciudad atacada en 2008.
Según una encuesta difundida por NDTV, el 66 por ciento cree que, si se repitiera un ataque como el del año pasado, la India debería iniciar una acción militar contra Pakistán.
Desde Washington, donde ayer se hallaba en visita oficial, el primer ministro, Manmohan Singh, aseveró que "el compromiso de la India con una sociedad abierta, democrática y secular no se verá afectado por asaltos como éste a nuestro modo de vida".
"Hemos llevado el asunto con toda nuestra fuerza al Gobierno de Pakistán. Esperamos que los organzadores del ataque y sus ayudantes sean juzgados y castigados", continuó.
En la India, el juicio por el atentado continúa con el único terrorista detenido con vida durante el asalto, el paquistaní Mohammed Ajmal Amir "Kasab", como principal acusado, mientras que en Pakistán ayer fueron procesadas siete personas por el mismo ataque.
Pese al tímido acercamiento durante los últimos meses entre ambos países, las tandas de diálogo formales indo-paquistaníes llevan paralizadas desde el 26-N.
En una resolución, el Parlamento indio se solidarizó con las víctimas y saludó "la valentía indomable de las fuerzas de seguridad, que dieron un golpe demoledor a los terroristas".
La sesión, que comenzó con dos minutos de silencio y la rara presencia en la Cámara de la presidenta del partido gobernante, Sonia Gandhi, se vio empañada por un acalorado enfrentamiento entre el líder de la oposición, L.K. Advani, y el ministro de Finanzas, Pranab Mukherjee.
Advani lamentó la lentitud con la que el Gobierno está indemnizando a las víctimas y Mukherjee, un peso pesado del Partido del Congreso de Gandhi, lo acusó de "hacer política" con el 26-N, según la agencia PTI.
EFE
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