El nuevo presidente de Honduras, Porfirio Lobo, afirmó que en su mandato dejará una institución armada y policial subordinadas únicamente a la Constitución y a las leyes.
El nuevo presidente de Honduras, Porfirio Lobo, dijo que en el "Plan de Nación" que impulsa su Gobierno fortalecerá a las Fuerzas Armadas, institución que debe obediencia a la Constitución y a las leyes.
El gobernante indicó, durante una misa conmemorativa de los 263 años del hallazgo de la imagen de la virgen de Suyapa, patrona de Honduras, que en su mandato, que inició el 27 de enero pasado, dejará una institución armada y una Policía Nacional "subordinadas únicamente a la Constitución de la República y a las leyes".
Soldados, oficiales y centenares de feligreses asistieron a la misa por el descubrimiento de la efigie de la patrona, cuyo día se conmemora el 3 de febrero y que también tiene conferido el grado de capitana de las Fuerzas Armadas hondureñas.
Lobo agregó que las Fuerzas Armadas deben ser cada día "más profesionales" y que en su Gobierno "será como una tarea permanente fortalecer cada día la institución".
Añadió que procurará mejorar las condiciones de los soldados y policías que, a diario, "incluso arriesgan sus vidas" por defender a la población y a la patria.
Ellos se merecen condiciones "muy dignas", enfatizó Lobo, quien además señaló que en su Administración "nadie, ningún político, va a tratar de influir en la institución armada ni en la policía nacional".
Desde el pasado fin de semana miles de hondureños comenzaron a llegar en romería hasta el santuario de Suyapa, en el extremo oriental de Tegucigalpa, para venerar a la diminuta imagen, tallada en madera de cedro y de seis centímetros de alto.
"Yo vengo desde Yarumela (oeste de la capital) a dar gracias a la virgen por darnos salud", indicó a Efe el campesino Humberto Quintanilla, quien llegó el domingo al santuario acompañado de algunos familiares, con quienes pernoctó anoche en una casa de campaña instalada por las Fuerzas Armadas.
Agregó que "gracias a la virgen de Suyapa la situación en el país no llegó a extremos más graves después de lo ocurrido el 28 de junio" de 2009, cuando fue derrocado por el entonces presidente, Manuel Zelaya.
EFE
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