La presidenta señaló haber dicho que primero se debía hacer un diagnóstico de la situación, para determinar qué se necesitaba y después confeccionar una lista.
La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, negó hoy que su país haya rechazado ayuda del exterior tras el terremoto del pasado sábado que dejó al menos 799 muertos y dos millones de damnificados en el centro y sur del país.
"Leí con sorpresa que había rechazado la ayuda internacional", dijo la mandataria.
En entrevista con radio Cooperativa, la mandataria señaló que lo que ella dijo ante las numerosas ofertas de ayuda que comenzaron a llegar desde el instante mismo del sismo, es que primero había que hacer un diagnóstico de la situación, para determinar qué es lo que se necesitaba y después confeccionar una lista.
"Es lo que hemos hecho y ya tenemos hospitales de campaña, equipos electrógenos, teléfonos satelitales", añadió.
"Estamos pidiendo lo que realmente necesitamos, no lo que ya tenemos en Chile", dijo Bachelet, que agradeció la respuesta de la comunidad internacional frente a la catástrofe.
Valoró positivamente, en ese contexto, las visitas a Chile de los presidentes de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y de Perú, Alan García, así como la de la secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, y del canciller boliviano, David Choquehuanca.
Agregó que en materia de salud, 29 hospitales de la red pública quedaron inhabilitados, 11 de ellos con pérdida total, por lo que la llegada de hospitales de campaña aportados por Argentina, Perú y otros países ha sido de gran utilidad.
Reveló asimismo que la primera llamada del exterior después del terremoto fue de la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, a quien le explicó de inmediato su impresión acerca de la ayuda exterior.
La mandataria chilena indicó que más adelante, cuando se tengan datos exactos de lo que costará la reconstrucción, recurrirá también a la ayuda externa, especialmente a través de créditos blandos, pues la magnitud de la tarea será enorme y se necesitará un alto volumen de recursos.
Bachelet se defendió de las críticas que ha recibido su Gobierno y pidió a los chilenos que tengan confianza en las autoridades actuales y también en el nuevo Gobierno de Sebastián Piñera, que asumirá el próximo 11 de marzo.
Señaló que ha entregado toda la información del caso al presidente electo y a sus ministros designados y dijo que le pidió que designe pronto a sus intendentes regionales y gobernadores provinciales, a fin de que se incorporen a los comités de emergencia de sus respectivas jurisdicciones.
Respecto a los saqueos que hubo en algunas ciudades del sur después del terremoto, señaló que "no lo hubiera esperado nunca", y que sintió "que se perdieron valores esenciales".
En cuanto a la polémica por no haberse dado alerta de tsunami entre la Armada y la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi), consideró que lo que pasó fue una descoordinación provocada por los problemas de comunicación que hubo tras el sismo, cuando todos los sistemas colapsaron.
Ella misma, dijo, tuvo problemas, pues al pedir un helicóptero para viajar de inmediato a las zonas más afectadas a evaluar la situación, el aparato tardó cuatro horas en estar a su disposición. EFE
"Leí con sorpresa que había rechazado la ayuda internacional", dijo la mandataria.
En entrevista con radio Cooperativa, la mandataria señaló que lo que ella dijo ante las numerosas ofertas de ayuda que comenzaron a llegar desde el instante mismo del sismo, es que primero había que hacer un diagnóstico de la situación, para determinar qué es lo que se necesitaba y después confeccionar una lista.
"Es lo que hemos hecho y ya tenemos hospitales de campaña, equipos electrógenos, teléfonos satelitales", añadió.
"Estamos pidiendo lo que realmente necesitamos, no lo que ya tenemos en Chile", dijo Bachelet, que agradeció la respuesta de la comunidad internacional frente a la catástrofe.
Valoró positivamente, en ese contexto, las visitas a Chile de los presidentes de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y de Perú, Alan García, así como la de la secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, y del canciller boliviano, David Choquehuanca.
Agregó que en materia de salud, 29 hospitales de la red pública quedaron inhabilitados, 11 de ellos con pérdida total, por lo que la llegada de hospitales de campaña aportados por Argentina, Perú y otros países ha sido de gran utilidad.
Reveló asimismo que la primera llamada del exterior después del terremoto fue de la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, a quien le explicó de inmediato su impresión acerca de la ayuda exterior.
La mandataria chilena indicó que más adelante, cuando se tengan datos exactos de lo que costará la reconstrucción, recurrirá también a la ayuda externa, especialmente a través de créditos blandos, pues la magnitud de la tarea será enorme y se necesitará un alto volumen de recursos.
Bachelet se defendió de las críticas que ha recibido su Gobierno y pidió a los chilenos que tengan confianza en las autoridades actuales y también en el nuevo Gobierno de Sebastián Piñera, que asumirá el próximo 11 de marzo.
Señaló que ha entregado toda la información del caso al presidente electo y a sus ministros designados y dijo que le pidió que designe pronto a sus intendentes regionales y gobernadores provinciales, a fin de que se incorporen a los comités de emergencia de sus respectivas jurisdicciones.
Respecto a los saqueos que hubo en algunas ciudades del sur después del terremoto, señaló que "no lo hubiera esperado nunca", y que sintió "que se perdieron valores esenciales".
En cuanto a la polémica por no haberse dado alerta de tsunami entre la Armada y la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi), consideró que lo que pasó fue una descoordinación provocada por los problemas de comunicación que hubo tras el sismo, cuando todos los sistemas colapsaron.
Ella misma, dijo, tuvo problemas, pues al pedir un helicóptero para viajar de inmediato a las zonas más afectadas a evaluar la situación, el aparato tardó cuatro horas en estar a su disposición. EFE
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