"No les di pautas. Lo que hicimos fue ensayar preguntas, para ver cómo reaccionaban, preguntas complicadas, indiscretas", dijo a la prensa el periodista que los capacitó.
Los 33 trabajadores atrapados dentro de una mina en el norte de Chile recibieron este domingo la última de seis clases para enfrentar entrevistas y sortear preguntas incómodas, informó a la prensa el periodista que los capacitó, Alejandro Pino.
"Mi trabajo no fue decirles qué es lo que deben hablar. Esa no es mi labor. No les di pautas. Lo que hicimos fue ensayar preguntas, para ver cómo reaccionaban, preguntas complicadas, indiscretas", dijo Pino, quien impartió las clases como funcionario de la Asociación Chilena de Seguridad, institución particular que apoya en las labores de rescate.
Aunque no quiso dar detalles de las preguntas, Pino precisó que en algunos casos los mineros se incomodaron.
"Fue a través de videoconferencia. En algunas preguntas se molestaban y yo les decía que no se molestaran, que pusieran buena cara, que sonrieran y respondieran: "no quiero contestar ahora, creo que no es el momento"", explicó.
"Nos dedicamos a la entrevista y la conversación, ellos contándome detalles de su vida de cómo se hicieron mineros, de qué es lo que piensan hacer al salir de la mina, pero las respuestas que me dieron no las voy a decir", aclaró Pino.
Las comunicaciones con los mineros se realizan mediante videoconferencia, a través de un cable de fibra óptica que desciende hasta las profundidades, por el ducto que trazó a fines de agosto una máquina de sondaje.
"Una cosa es lo que les enseñe yo y otra es lo que quieran hacer ellos. Tal vez quieren hablar apenas salgan, o tal vez de aquí a dos meses, eso depende de ellos", añadió Pino.
Los mineros permanecen atrapados a 700 metros de profundidad desde el 5 de agosto dentro de la mina San José, ubicada a 800 km al norte de Santiago, en pleno desierto de Atacama.
Una máquina de sondaje los contactó después de 17 días en que nada se supo de ellos y, de no mediar inconvenientes, serán rescatados el miércoles, uno a uno, dentro de una cápsula que ascenderá a través de un ducto de 70 cm de diámetro.
El tramo inicial del túnel era reforzado el domingo por el equipo de rescate.
AFP
"Mi trabajo no fue decirles qué es lo que deben hablar. Esa no es mi labor. No les di pautas. Lo que hicimos fue ensayar preguntas, para ver cómo reaccionaban, preguntas complicadas, indiscretas", dijo Pino, quien impartió las clases como funcionario de la Asociación Chilena de Seguridad, institución particular que apoya en las labores de rescate.
Aunque no quiso dar detalles de las preguntas, Pino precisó que en algunos casos los mineros se incomodaron.
"Fue a través de videoconferencia. En algunas preguntas se molestaban y yo les decía que no se molestaran, que pusieran buena cara, que sonrieran y respondieran: "no quiero contestar ahora, creo que no es el momento"", explicó.
"Nos dedicamos a la entrevista y la conversación, ellos contándome detalles de su vida de cómo se hicieron mineros, de qué es lo que piensan hacer al salir de la mina, pero las respuestas que me dieron no las voy a decir", aclaró Pino.
Las comunicaciones con los mineros se realizan mediante videoconferencia, a través de un cable de fibra óptica que desciende hasta las profundidades, por el ducto que trazó a fines de agosto una máquina de sondaje.
"Una cosa es lo que les enseñe yo y otra es lo que quieran hacer ellos. Tal vez quieren hablar apenas salgan, o tal vez de aquí a dos meses, eso depende de ellos", añadió Pino.
Los mineros permanecen atrapados a 700 metros de profundidad desde el 5 de agosto dentro de la mina San José, ubicada a 800 km al norte de Santiago, en pleno desierto de Atacama.
Una máquina de sondaje los contactó después de 17 días en que nada se supo de ellos y, de no mediar inconvenientes, serán rescatados el miércoles, uno a uno, dentro de una cápsula que ascenderá a través de un ducto de 70 cm de diámetro.
El tramo inicial del túnel era reforzado el domingo por el equipo de rescate.
AFP
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