El Tribunal Supremo japonés ordenó que vuelva a ser juzgado por estimar fallos técnicos en su primer juicio. Es acusado de violar y asesinar a una niña nipona a fines del 2005.
El Tribunal Supremo de Japón ordenó hoy que vuelva a ser juzgado el ciudadano peruano José Manuel Torres Yagi, condenado en 2006 a cadena perpetua por la violación y asesinato de una niña de siete años, por estimar fallos técnicos en su primer juicio.
El Supremo nipón ratificó así una sentencia previa emitida el 9 de diciembre de 2008 por el Tribunal Superior de Hiroshima, que consideró que el caso no fue suficientemente investigado en su día, informó hoy la agencia local Kyodo.
Como se recuerda, Torres Yagi, quien ingresó a Japón con documentación falsificada, asesinó y ultrajó a la pequeña Airi Kinoshita, quien en ese entonces tenía 7 años, el 22 de noviembre de 2005, en la ciudad de Hiroshima.
El peruano, de 37 años, podría ser condenado a la pena de muerte en el nuevo juicio que tendrá lugar en la corte de Hiroshima en una fecha todavía no precisada. Si fuera condenado a muerte, como reclamaron los fiscales y la familia de la menor asesinada, Torres Yagi sería el primer latino sentenciado a la pena capital en Japón, donde se ha aplicado en escasas ocasiones a extranjeros.
El Supremo nipón ratificó así una sentencia previa emitida el 9 de diciembre de 2008 por el Tribunal Superior de Hiroshima, que consideró que el caso no fue suficientemente investigado en su día, informó hoy la agencia local Kyodo.
Como se recuerda, Torres Yagi, quien ingresó a Japón con documentación falsificada, asesinó y ultrajó a la pequeña Airi Kinoshita, quien en ese entonces tenía 7 años, el 22 de noviembre de 2005, en la ciudad de Hiroshima.
El peruano, de 37 años, podría ser condenado a la pena de muerte en el nuevo juicio que tendrá lugar en la corte de Hiroshima en una fecha todavía no precisada. Si fuera condenado a muerte, como reclamaron los fiscales y la familia de la menor asesinada, Torres Yagi sería el primer latino sentenciado a la pena capital en Japón, donde se ha aplicado en escasas ocasiones a extranjeros.
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