El presidente de EEUU aplaudía y lanzaba gritos de ánimos mientras la menor de sus hijas, Sasha, jugaba.
Como un padre amoroso y orgulloso de sus hijas, el presidente de EEUU Barack Obama se dejó ver en un campo de fútbol en Washington a donde llegó para apreciar a sus hijas Sasha, de siete años, y Malia, de diez, participar en varios partidos.
Vestido con unos vaqueros y una chaqueta de su equipo favorito de béisbol, los Medias Blancas de Chicago, Obama aplaudía y lanzaba gritos de ánimos a su hija menor.
"Vamos, vamos, vamos.... ¡goool!", gritó en un momento dado, cuando el equipo de Sasha marcó un tanto, en una jugada en la que pareció que había sido la pequeña de los Obama quien había dado el pase para rematar.
El presidente estadounidense acudió a los partidos acompañado de dos amigos, aunque sin su esposa, Michelle, que se encuentra en California para participar en una ceremonia de graduación universitaria.
Una vez que terminó el partido de Sasha, Obama, que había comenzado la jornada con la presentación de su candidato a embajador en Pekín, el gobernador de Utah Jon Huntsman, continuó como espectador para ver jugar a su otra hija, Malia.
Por la tarde se desplazó con varios de sus asesores a un club de golf militar en las afueras de Washington para practicar su swing.
EFE
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