La Comisión de Vida Silvestre y Pesca informó que 619 manatíes murieron, de los cuales 90 se debieron a choques con embarcaciones.
Los manatíes de Florida, donde esa especie de mamíferos marinos dejó de estar protegida en 2017, sufrieron en 2020 la segunda mayor cifra de mortalidad en cinco años y la culpa en gran parte fue de los humanos, a pesar de las restricciones de movimiento por la COVID-19.
De las 619 muertes de las que informó la Comisión de Vida Silvestre y Pesca (FWC) de Florida, 90 se debieron a choques con embarcaciones, 10 a la acción de barreras anti-inundación y compuertas de canales y otras 14 a otras actividades humanas.
El récord en el periodo 2016-2020 son los 810 decesos de manatíes alcanzado en 2018, pero la de 2020, aunque provisional, es la segunda cifra mayor.
Y esto último a pesar de que hubo restricciones a algunas de las actividad humanas más peligrosas para los Trichechus manatus, pues a causa de la pandemia se cerraron puertos deportivos y se prohibió la salida de barcos recreativos al mar durante algún tiempo en zonas de Florida como el condado de Miami-Dade.
En 2019, cuando la FWC contabilizó 592 muertes, 133 se debieron a colisiones con barcos. Este año las cifras reales de muertes por esa causa y por otras pueden ser mayores a las confirmadas por la FWC, pues debido a las normas de seguridad por la COVID-19 se hicieron menos autopsias y otros estudios a los manatíes muertos.
En 2018 fue la gran "marea roja" formada por algas tóxicas en la costa oeste de Florida la causante del aumento de las muertes y este año es una combinación de factores.
Cincuenta de las muertes fueron naturales, 107 perinatales y 52 por frío, agregó la FWC.
La mortalidad por colisión con barcos ha ido escalando desde 2014, cuando fueron 66 los manatíes muertos por esa causa.
Las embarcaciones siguen siendo "un factor de importancia crítica" como causa de muerte para los manatíes, pero además no existe en la gente el "nivel de preocupación" necesario por preservar el hábitat de este mamífero marino, afirmó recientemente a WRLN Patrick Rose, director ejecutivo del Save the Manatee Club de Florida.
"Todas las mareas rojas y marrones y la proliferación de algas verdiazules, así como los problemas que Florida tiene en términos de calidad y cantidad de agua, empiezan a tener un impacto muy significativo en la pérdida de los pastos marinos y los recursos alimentarios del manatí", agregó.
Esta especie nativa dejó de estar oficialmente en peligro y protegida en 2017, pues su población aumentó en los últimos años hasta llegar a más de 7 500 animales gracias a medidas para establecer zonas de protección de manatíes y de velocidad reducida para barcos y campañas de concienciación.
EFE
Comparte esta noticia