El presidente francés realizará unos retoques técnicos, pero no sacrificará a su primer ministro, François Fillon. Se niega a cuestionar o congelar el calendario de reformas.
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, mantiene hoy diversas consultas con altos responsables de partido y ha empezado con el primer ministro, François Fillon, ante una probable remodelación del Gobierno tras la derrota ayer de su mayoría de derechas en las elecciones regionales.
Fillon, que permaneció casi una hora y media esta mañana en el Elíseo, no presentó su dimisión a Sarkozy, pese a que ayer había asumido "(su) parte de responsabilidad" en el fracaso en las regionales de su formación, la Unión por una Mayoría Popular (UMP), y pese a que hubiera querido hacerlo aunque sólo fuera como gesto formal, según algunos consejeros del primer ministro.
Ni el Elíseo ni el gabinete del jefe del Ejecutivo dieron detalles del contenido de la discusión, ni sobre eventuales cambios en el Gobierno, que el secretario general de la presidencia, Claude Guéant, ya había avanzado el pasado sábado que se producirían "rápidamente", y que serían "modestos" y "técnicos".
Al encuentro Sarkozy-Fillon se sumó en su fase final el diputado François Baroin, también de la UMP y conocido por su proximidad con el anterior presidente francés, Jacques Chirac, con quien había sido ministro.
En espera de anuncios de remodelaciones gubernamentales o de alteraciones en el ritmo o en el carácter de las reformas, Sarkozy continuó con la serie de consultas con el jefe del grupo parlamentario de la UMP en la Asamblea Nacional, Jean-François Copé.
Copé también va a estar esta tarde en el Elíseo con los presidentes de las dos cámaras y con el jefe del grupo en el Senado.
Simultáneamente, la primera secretaria del Partido Socialista (PS), Martine Aubry, reúne a los cabezas de lista de su formación que van a ser presidentes de las regiones en las que ha ganado la izquierda para rendirles "homenaje" y discutir con ellos la forma de seguir trabajando por los franceses".
A mediodía no estaba claro si a esa reunión de los "barones" socialistas acudiría la anterior candidata presidencial, Ségolène Royal, que había revalidado su victoria en las regionales y volverá a ser la presidenta de Poitou-Charentes, y que mantiene una fuerte rivalidad con Aubry por el control del partido.
En la segunda vuelta los comicios regionales de ayer, la UMP se quedó con un muy pobre 35,5 por ciento de los votos y sólo gobernará en tres de las 26 regiones del país: Alsacia (la única de la Francia continental), Guayana, en el Caribe, y la isla de la Reunión, en el Índico.
La izquierda, que logró un resultado histórico del 54,1 por ciento de los votos (no había llegado a un porcentaje tan elevado desde 1981), estará al frente de las otras 23 regiones.
-EFE-
Fillon, que permaneció casi una hora y media esta mañana en el Elíseo, no presentó su dimisión a Sarkozy, pese a que ayer había asumido "(su) parte de responsabilidad" en el fracaso en las regionales de su formación, la Unión por una Mayoría Popular (UMP), y pese a que hubiera querido hacerlo aunque sólo fuera como gesto formal, según algunos consejeros del primer ministro.
Ni el Elíseo ni el gabinete del jefe del Ejecutivo dieron detalles del contenido de la discusión, ni sobre eventuales cambios en el Gobierno, que el secretario general de la presidencia, Claude Guéant, ya había avanzado el pasado sábado que se producirían "rápidamente", y que serían "modestos" y "técnicos".
Al encuentro Sarkozy-Fillon se sumó en su fase final el diputado François Baroin, también de la UMP y conocido por su proximidad con el anterior presidente francés, Jacques Chirac, con quien había sido ministro.
En espera de anuncios de remodelaciones gubernamentales o de alteraciones en el ritmo o en el carácter de las reformas, Sarkozy continuó con la serie de consultas con el jefe del grupo parlamentario de la UMP en la Asamblea Nacional, Jean-François Copé.
Copé también va a estar esta tarde en el Elíseo con los presidentes de las dos cámaras y con el jefe del grupo en el Senado.
Simultáneamente, la primera secretaria del Partido Socialista (PS), Martine Aubry, reúne a los cabezas de lista de su formación que van a ser presidentes de las regiones en las que ha ganado la izquierda para rendirles "homenaje" y discutir con ellos la forma de seguir trabajando por los franceses".
A mediodía no estaba claro si a esa reunión de los "barones" socialistas acudiría la anterior candidata presidencial, Ségolène Royal, que había revalidado su victoria en las regionales y volverá a ser la presidenta de Poitou-Charentes, y que mantiene una fuerte rivalidad con Aubry por el control del partido.
En la segunda vuelta los comicios regionales de ayer, la UMP se quedó con un muy pobre 35,5 por ciento de los votos y sólo gobernará en tres de las 26 regiones del país: Alsacia (la única de la Francia continental), Guayana, en el Caribe, y la isla de la Reunión, en el Índico.
La izquierda, que logró un resultado histórico del 54,1 por ciento de los votos (no había llegado a un porcentaje tan elevado desde 1981), estará al frente de las otras 23 regiones.
-EFE-
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