Josmar Flores Pereira amenazó con hacer estallar unos explosivos si no era atendido por el presidente Felipe Calderón, informaron las autoridades mexicanas.
Un hombre de nacionalidad boliviana llamado Josmar Flores Pereira y que aseguró ser pastor evangelista fue detenido como presunto responsable del secuestro en la capital mexicana de un avión de Aeroméxico procedente de Cancún, con 104 pasajeros a bordo.
Según informó el secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, el detenido, con antecedentes penales en su país donde estuvo en prisión por asalto a mano armada, amenazó con hacer estallar unos explosivos si no era atendido por el presidente del país, Felipe Calderón.
García Luna aseguró que Flores Pereira nació en Santa Cruz de
El detenido, que vivía en Oaxaca (sureste de México), salió hace cinco días hacia Cancún para participar en una actividad religiosa.
Flores Pereira se identificó como pastor religioso y dijo que en pleno vuelo tuvo "una revelación divina que le condujo a esa acción", explicó el ministro mexicano.
Según García Luna, el detenido señaló que hoy es día 9, del mes 9, del año 2009 y que si volteaba la hoja, esta fecha se podía leer como 6, 6, 6 (número del diablo según algunas supersticiones).
El secuestrado explicó que interpretó estas cifras como la amenaza de que sucedería un fuerte terremoto en México por lo que quiso tomar el control de la nave.
La intención del secuestrador era que la aeronave diera siete vueltas alrededor del aeropuerto y ser recibido posteriormente por Calderón.
Josmar Flores tiene en Internet una página web, desde la que vende DVD y donde se declara "un evangelista internacional, con un testimonio impactante de cómo Dios lo rescató" de la cocaína y el alcohol.
Al ser presentado a la prensa durante las declaraciones del ministro, Flores Pereira, masticando chicle y visiblemente nervioso, sonrió a los periodistas, antes de ser conducido por agentes policiales a otro lugar.
García Luna dijo que se estudiará cuál es el delito que se le imputará a Flores Pereira.
El secuestro de la aeronave mexicana concluyó tras 45 minutos de incertidumbre después de que las fuerzas de seguridad de México accedieran al avión y detuvieran al secuestrador.
Tras la acción, en la que no se disparó ningún arma ni provocó heridas a ningún pasajero ni a la tripulación, las autoridades aseguraron que nunca hubo un explosivo en la aeronave.
EFE
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