La universidad ha proporcionado sus células, cuyo riesgo de rechazo al ser implantadas se considera bajo, a la Universidad de Keio, la Universidad de Osaka, el Instituto Riken afiliado al gobierno y otras instituciones.
La Universidad japonesa de Kioto ha comenzado a distribuir muestras de su reserva de células pluripotentes inducidas (iPS) a otras instituciones niponas, en un esfuerzo por acercar la medicina regenerativa a la realidad.
La universidad ha proporcionado sus células, cuyo riesgo de rechazo al ser implantadas se considera bajo, a la Universidad de Keio, la Universidad de Osaka, el Instituto Riken afiliado al gobierno y otras instituciones, informó hoy el diario Nikkei.
Un equipo de la Universidad de Kioto comenzará una investigación clínica sobre el uso de células iPS para tratar el Parkinson en 2016, mientras que el Instituto Riken ya ha comenzado un segundo ensayo clínico de un tratamiento basado en dichas células para tratar una enfermedad ocular degenerativa.
Por su parte, la Universidad de Keio planea utilizar parte de las células iPS donadas en la investigación sobre la reparación de daño de la médula espinal.
El inicio de esta iniciativa para la distribución celular fue confirmado esta semana por el doctor Shinya Yamanaka, director del Centro de Investigación y Aplicación de iPS (CiRA) de la Universidad de Kioto, durante una conferencia sobre Biociencia en Suita, Osaka (oeste de Japón).
Yamanaka dijo además sentirse ansioso por intercambiar información sobre la recolección de células iPS con investigadores de otros países.
Investigadores y reguladores de más de 10 países formaron una alianza el año pasado con el objetivo de estandarizar los controles de calidad y otros aspectos del almacenamiento de células iPS.
Dicho almacenaje, dijo Yamanaka, es crucial en la promoción del uso de este tipo de células en medicina.
El CiRA, fundado en 2010, está dirigido por Yamanaka, premio Nobel de medicina en 2012 y padre de las células iPS, que se obtienen al reprogramar células ya maduras.
El descubrimiento supuso una verdadera revolución, al dejar obsoleto el uso de su equivalente natural, las células madre embrionarias, cuya obtención plantea problemas éticos y conlleva grandes dificultades.
En el futuro, las iPS podrían permitir la regeneración de órganos enteros, al tiempo que su uso en estudios clínicos promete revolucionar la creación de nuevos fármacos. EFE
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