Entre los heridos se encuentra el jefe de los servicios secretos yemeníes, Galeb al Qames.
Al menos nueve personas murieron y más de treinta resultaron heridas en la segunda jornada de enfrentamientos entre miembros de una influyente tribu yemení y las fuerzas de seguridad en Saná, según una fuente tribal.
La fuente explicó a Efe que los choques continúan en los alrededores de la vivienda del jefe tribal Sadeq bin Abdalá al Ahmar, donde se siguen escuchando disparos y explosiones, aunque de forma más esporádica.
Entre los heridos se encuentra el jefe de los servicios secretos yemeníes, Galeb al Qames, que acudió hoy a la casa de Al Ahmar para intentar mediar entre el Gobierno y esta familia, que simpatiza con la oposición y pide la renuncia del presidente Ali Abdalá Saleh.
Al Qames resultó herido al impactarle varias esquirlas de un proyectil que cayó sobre la vivienda, situada en el barrio de Al Hasba, donde se produjeron ayer choques similares que se saldaron con seis muertos.
Con anterioridad, la fuente había informado de la muerte de cinco guardaespaldas de Al Ahmar y del fallecimiento de dos transeúntes en un tiroteo entre las fuerzas de seguridad y los hombres armados pertenecientes a la tribu.
La batalla se libra en un radio de 500 metros alrededor de la vivienda de Al Ahmar y los milicianos tribales están parapetados en edificios públicos y privados.
Testigos presenciales dijeron a Efe que los enfrentamientos se estaban desplazando hacia la sede del Ministerio del Interior, cerca de la cual se levantan grandes columnas de humo.
Los violentos choques comenzaron pasadas las 11:00 hora local (8.00 GMT), cuando cientos de hombres armados y líderes de la tribu Hashed, a la que pertenece Al Ahmar, mantenían una reunión en el patio de la cercana sede de las Líneas Aéreas Yemeníes.
El comienzo de los enfrentamientos ayer se produjo un día después de que el presidente yemení se negara a firmar por tercera vez un plan de los países del golfo Pérsico para favorecer un traspaso ordenado del poder, a pesar de que el acuerdo fue suscrito por la oposición y por el partido gobernante. EFE
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