En esta Semana Santa recordamos lo que dice la Biblia sobre la vida y obra de Jesús de Nazareth.
Resucitó a Lázaro, caminó sobre el agua y también la convirtió en vino. En esta Semana Santa recordamos los milagros más famosos de Jesucristo, según la Bibilia.
1. Convertir el agua en vino (Juan 2:1-12)
2 Al tercer día se celebraron unas bodas en Caná de Galilea, y estaba allí la madre de Jesús. 2 También fueron invitados a las bodas Jesús y sus discípulos. 3 Y faltó vino. Entonces la madre de Jesús le dijo:
- No tienen vino.
4 Jesús le dijo:
- ¿Qué tiene que ver esto con nosotros, mujer? Aún no ha llegado mi hora.
5 Su madre dijo a los que servían:
- Haced todo lo que él os diga.
6 Había allí seis tinajas de piedra para agua, dispuestas para el rito de purificación de los judíos; en cada una de ellas cabían dos o tres cántaros. 7 Jesús les dijo:
- Llenad de agua estas tinajas.
Y las llenaron hasta arriba. 8 Entonces les dijo:
- Sacad ahora un poco y presentadlo al encargado del banquete.
Y se lo presentaron. 9 Cuando el encargado del banquete probó el agua hecha vino, sin saber de dónde era (aunque sí lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua), llamó al esposo 10 y le dijo:
- Todo hombre sirve primero el buen vino, y cuando han bebido mucho, el inferior; sin embargo, tú has reservado el buen vino hasta ahora.
11 Este principio de señales hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su gloria; y sus discípulos creyeron en él.
12 Después de esto descendieron a Capernaúm él, su madre, sus hermanos y sus discípulos; y se quedaron allí no muchos días.
2. La multiplicación de los panes y peces (Mateo 14: 13-21)
13 Oyéndolo Jesús, se apartó de allí en una barca a un lugar desierto y apartado; y cuando la gente lo oyó, le siguió a pie desde las ciudades.
14 Y saliendo Jesús, vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, y sanó a los que de ellos estaban enfermos.
15 Cuando anochecía, se acercaron a él sus discípulos, diciendo: El lugar es desierto, y la hora ya pasada; despide a la multitud, para que vayan por las aldeas y compren de comer.
16 Jesús les dijo: No tienen necesidad de irse; dadles vosotros de comer.
17 Y ellos dijeron: No tenemos aquí sino cinco panes y dos peces.
18 Él les dijo: Traédmelos acá.
19 Entonces mandó a la gente recostarse sobre la hierba; y tomando los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, bendijo, y partió y dio los panes a los discípulos, y los discípulos a la multitud.
20 Y comieron todos, y se saciaron; y recogieron lo que sobró de los pedazos, doce cestas llenas.
21 Y los que comieron fueron como cinco mil hombres, sin contar las mujeres y los niños.
3. Caminar sobre el agua (Mateo 14: 22-27).
22 En seguida Jesús hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a la otra ribera, entre tanto que él despedía a la multitud.
23 Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo.
24 Y ya la barca estaba en medio del mar, azotada por las olas; porque el viento era contrario.
25 Mas a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando sobre el mar.
26 Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: ¡Un fantasma! Y dieron voces de miedo.
27 Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: ¡Tened ánimo; yo soy, no temáis!
4. Jesús calma la tempestad (Mateo 8: 23-27)
23 Y entrando él en la barca, sus discípulos le siguieron.
24 Y he aquí que se levantó en el mar una tempestad tan grande que las olas cubrían la barca; pero él dormía.
25 Y vinieron sus discípulos y le despertaron, diciendo: ¡Señor, sálvanos, que perecemos!
26 Él les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza.
27 Y los hombres se maravillaron, diciendo: ¿Qué hombre es éste, que aun los vientos y el mar le obedecen?
5. La resurrección de Lázaro (Juan 11: 38-44)
38 Jesús, profundamente conmovido otra vez, vino al sepulcro. Era una cueva, y tenía una piedra puesta encima.
39 Dijo Jesús: Quitad la piedra. Marta, la hermana del que había muerto, le dijo: Señor, hiede ya, porque es de cuatro días.
40 Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?
41 Entonces quitaron la piedra de donde había sido puesto el muerto. Y Jesús, alzando los ojos a lo alto, dijo: Padre, gracias te doy por haberme oído.
42 Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud que está alrededor, para que crean que tú me has enviado.
43 Y habiendo dicho esto, clamó a gran voz: ¡Lázaro, ven fuera!
44 Y el que había muerto salió, atadas las manos y los pies con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: Desatadle, y dejadle ir.
6. Sanó a un leproso (Mateo 8: 1-4)
8 Cuando descendió Jesús del monte, le seguía mucha gente.
2 Y he aquí vino un leproso y se postró ante él, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme.
3 Jesús extendió la mano y le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante su lepra desapareció.
4 Entonces Jesús le dijo: Mira, no lo digas a nadie; sino ve, muéstrate al sacerdote, y presenta la ofrenda que ordenó Moisés, para testimonio a ellos.
7. Dos ciegos reciben la vista (Mateo 20: 29-34)
29 Al salir ellos de Jericó, le seguía una gran multitud.
30 Y dos ciegos que estaban sentados junto al camino, cuando oyeron que Jesús pasaba, clamaron, diciendo: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros!
31 Y la gente les reprendió para que callasen; pero ellos clamaban más, diciendo: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros!
32 Y deteniéndose Jesús, los llamó, y les dijo: ¿Qué queréis que os haga?
33 Ellos le dijeron: Señor, que sean abiertos nuestros ojos.
34 Entonces Jesús, compadecido, les tocó los ojos, y en seguida recibieron la vista; y le siguieron.
(Textos de la Biblia Reina Valera).
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