La mujer contó cómo se salvó de los sicarios y el reencuentro con su esposo, el autor intelectual de este intento de asesinato.
La historia de Noela Rukundo ha dado la vuelta al mundo, al haber sido salvada de morir por los propios sicarios que su esposo, Balenga Kalala, contrató para que acaben con su vida.
Todo comenzó cuando Noela viajó a Burundi desde Australia, para asistir al funeral de su madrastra. Ya en el país africano, la mujer recibió una llamada de su esposo, quien tras una extraña conversación la convenció de salir a pasear.
“No sospeché nada. Simplemente pensé que estaba preocupado por mí”, contó la mujer, según relata la BBC.
El secuestro
Sin embargo, a pocos metros de haber iniciado su paseo, Noela fue interceptada por hombres armados, que la secuestraron y la llevaron a un lugar desconocido.
El secuestrador le confesó que quien había pagado para que la maten fue su propio esposo. De hecho, hasta se comunicó con él para que dé la orden de acabar con su vida. “¡Mátenla!”, escuchó Noela decir a su propio esposo.
“Escuché su voz. Era él. Sentí que mi cabeza iba a explotar”, relató la mujer, quien dijo que en ese momento ya se daba por muerta.
Sin embargo, el sicario le dijo que no cumpliría con el contrato, ya que no mata a mujeres ni niños. De hecho, hasta le dio pruebas para que incrimine a su esposo.
El reencuentro con su esposo
La mujer regresó a Australia, donde su esposo -ignorante de que el sicario no había cumplido su palabra- había dicho que ella había muerto en un accidente.
“Me detuve delante de él, mirándole. Estaba asustado, no se lo podía creer”, contó la mujer al relatar el reencuentro con su esposo.
“Hablaba consigo mismo y, cuando me alcanzó, tocó mi hombro y saltó. Dos veces. Y dijo: 'Noela, ¿eres tú?' Después exclamó: '¡Siento todo lo que ha pasado!'”, relató.
Esto no impidió que la mujer iniciara acciones legales contra el hombre, quien pidió disculpas y explicó que tomó esta decisión por celos, creyendo que su esposa lo iba a dejar por otro hombre.
El 11 de diciembre, Balenga Kalala fue declarado culpable y condenado a nueve años de prisión.
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