Las comunidades rurales tienen muy arraigadas las creencias tradicionales relacionadas con la brujería y el vudú.
Al menos seis personas han sido asesinadas en el sur de Malaui (África) al sospechar que eran vampiros que estaban aterrorizando a los lugareños. Este caos ha provocado que el Gobierno establezca un toque de queda.
La tensión en esta zona se ha visto reflejada en el bloqueo de carreteras y la organización de turbas para cazar a los supuestos vampiros. La ONU ha tenido que evacuar temporalmente a sus trabajadores, que colaboran en tareas esenciales como la sanidad.
Reacciones. El presidente malauí, Peter Mutharika, aseguró que "llegará al fondo de este asunto" y anunció que visitará personalmente este fin de semana los distritos afectados: Chiladzulu, Thyolo, Phalombe, Mulanje y Nsanje.
"Es muy triste que esté pasando esto. (...) Pido a la gente que deje de explotar los problemas con fines sensacionalistas y que no se tomen la justicia por su mano aunque crean que alguien está involucrado", dijo el mandatario.
Medidas. Las investigaciones apuntan a que las seis personas murieron a manos de una patrulla vecinal tras extenderse el rumor de que había vampiros en la zona. El bulo se habría difundido desde el vecino país de Mozambique. La Policía prohibió viajar durante las horas nocturnas y ha desplazado un grupo de efectivos a la zona para convencer a la población de que sus acusaciones son absurdas.
Pese a que nadie haya denunciado ataque vampírico alguno, algunos políticos locales se han puesto del lado de la población. Las comunidades tienen muy arraigadas las creencias tradicionales relacionadas con la brujería y el vudú, supersticiones que impiden que se rebaje la histeria fácilmente. (Con información de Efe)
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