La menor confesó que era violada por su padrasto. Las autoridades aseguran que ella y su madre firmaron un documento en el que consta su voluntad de seguir con el embarazo.
Una niña de 10 años embarazada de cinco meses manifestó, con respaldo familiar, su supuesta voluntad de seguir con la gestación, lo que causó polémica en Argentina, donde está abierto un debate en el Congreso por una ley para despenalizar el aborto. El caso ocurrió en la provincia de Salta y salió a la luz cuando la madre la llevó a la niña un hospital público por dolores abdominales. Cuando los médicos constataron el embarazo de 21 semanas, la niña confesó que era violada por su padrastro.
"La asesora de Incapaces y Menores, Patricia Gómez de González, informó al Ejecutivo provincial la voluntad manifestada por la niña y su madre, en un acta rubricada, de continuar con el embarazo", informó el gobierno de Salta. "La familia está aterrorizada. Le dijeron a la madre que un aborto era muy arriesgado. Lo que no sabemos es lo que piensa la niña. El aborto todavía es posible", dijo a la agencia AFP Mariana Carvajal, fundadora del movimiento feminista #NiUnaMenos.
Carbajal agregó que la menor "fue hospitalizada por primera vez en febrero. Estaba en las 12 semanas, pero le diagnosticaron estreñimiento. La niña fue violada por su padrastro y el Estado viola sus derechos", denunció. Según datos de UNICEF cada año se producen en Argentina unos 2.700 nacimientos de "madres niñas" de entre 10 y 14 años de edad, casi un 3,6 por mil de los nacimientos en el país.
Lo que dice la ley
El Congreso argentino lleva adelante desde hace un mes debates abiertos con cientos de oradores en dos sesiones semanales en las que se expresan argumentos en favor y en contra de una ley para despenalizar el aborto. En las calles varias manifestaciones con gran poder de convocatoria se han realizado a favor y en contra de la ley, en un tema que divide aguas en la sociedad argentina.
El aborto es ilegal en Argentina salvo para casos de violación o en los que peligre la vida de la mujer. En el caso de la niña salteña y por tratarse de un abuso sexual, el Estado debe proveer la asistencia médica necesaria para interrumpir el embarazo. Sin embargo lo avanzado de la gestación y la manifestación por escrito de la niña y de su madre impidieron que accediera a un aborto legal. Según un protocolo provincial de 2012 la solicitud de la víctima de violación debe realizarse hasta la semana 12 de gestación y debe mediar una asistencia psicológica.
"Generalmente las violaciones suceden en el seno familiar, las niñas no hablan por temor y hasta después de la semana 12 no se les nota. El plazo es inviable, es una restricción", dijo la presidente del Observatorio de Violencia contra las Mujeres, Laura Postiglione, al diario El Tribuno de Salta. También criticó que la decisión de la víctima sea "tutelada" por un equipo de psicólogos al considerar coartada la posibilidad de decidir libremente.
Caso aberrante
Salta es una provincia de 1.3 millones de habitantes y un profundo arraigo en las tradiciones católicas. La variedad y cantidad de iglesias, parroquias y oratorios en su pequeño territorio la distingue como "la más católica" de las provincias en el imaginario popular argentino. Hasta 2017 la enseñanza de la religión católica era obligatoria en las escuelas provinciales, pero un fallo de la Corte Suprema lo declaró discriminatorio e inconstitucional.
El caso de la niña violada y embarazada tuvo gran repercusión a nivel nacional. El gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, con aspiraciones presidenciales, anunció este jueves que la provincia resolvió revisar el caso. Por lo tanto, ahora "la niña y la madre serán informadas y escuchadas". "Ya no hay obstáculos para que pueda abortar", aseguró la funcionaria de Política de Género, Rosaura Gareca.
AFP
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