Los sindicatos inciden en la necesidad de luchar contra el desempleo y el derrumbe del consumo y la actividad económica en Argentina y porque las tarifas de los servicios públicos son "impagables" para los sectores más vulnerables.
Los sindicatos argentinos iniciaron este martes 36 horas de movilizaciones contra la política económica del Gobierno, que tendrán el miércoles su momento más álgido con la convocatoria a una huelga general de un día impulsada por la principal central obrera del país.
En la víspera del que será el quinto paro general convocado por la Confederación General del Trabajo (CGT) desde que Mauricio Macri llegó al poder en diciembre de 2015, otras organizaciones sindicales -entre ellas la Asociación de Trabajadores del Estado- llamaron a cumplir desde el mediodía de hoy 36 horas de paros y movilizaciones.
Por coincidencia en el tiempo, las primeras manifestaciones, a las que se adhieren las organizaciones gremiales, tienen lugar en la tarde del martes frente al Congreso de la Nación en Buenos Aires, y en plazas de otras ciudades del país, por la presentación del nuevo proyecto de ley por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito.
"El 28 vamos al #CongresoNacional con la Campaña Nacional, a presentar el Proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE). El 29 #ParoGeneral y ollas populares en todo el país!", anunció la Central de Trabajadores de la Argentina-Autónoma (CTA-Autónoma).
Por octava vez desde hace más de una década, diversas organizaciones, con el apoyo de legisladores, presentan ante la Cámara de Diputados -con movilizaciones a sus puertas- el IVE, después de que en 2018, en medio de una fuerte presión social y política, los diputados lo aprobaran pero quedara cancelado por el Senado.
El declive del nivel de vida
El proyecto para despenalizar el aborto genera voces a favor y en contra en todas las formaciones políticas, conservadoras o de izquierdas, y este año coincide con la cercanía de las elecciones presidenciales y legislativas de octubre, tras un año de recesión económica, que comenzó por la abrupta devaluación del peso y una sequía que afectó seriamente a la producción agropecuaria.
"Porque el deterioro de la situación económica y social se agrava día a día. Porque la inflación destruye el poder adquisitivo de los salarios, las jubilaciones y las asignaciones sociales. Por un aumento del salario mínimo vital y móvil", expresó la CGT en la convocatoria de la huelga de mañana.
La economía cayó el año pasado un 2,5 % afectada por la crisis y el desempleo trepó al 9,1 % sobre finales de 2018, año en el que el Gobierno se vio obligado a solicitar ayuda al Fondo Monetario Internacional (FMI), que concedió al país un préstamo de 56.000 millones de dólares.
La debilidad del peso, con repentinos ciclos de abruptas caídas ante el dólar, sigue empujando la inflación, que en abril alcanzó el 55,8 % interanual y acumuló solo en el primer cuatrimestre del año un 15,6 %.
La central gremial incide en la necesidad de luchar contra el desempleo y el derrumbe del consumo y la actividad económica y porque las tarifas de los servicios públicos son "impagables" para los sectores más vulnerables y el comercio y las pymes "se desmoronan y cierran".
También critican que los sistemas de salud pública y de obras sociales están "al borde del colapso".
Por la medida de fuerza, el miércoles se paralizará el transporte público, tanto trenes, autobuses, metro y aviones nacionales e internacionales.
Se adhieren además los bancos, la construcción, la educación pública y privada y no habrá actividad en puertos ni transporte marítimo, recolección de residuos ni transporte de cargas con camiones.
Si bien la CGT convocó al paro sin movilización, otros sindicatos, como la CTA-Autónoma y sectores de izquierda y organizaciones sociales realizará cortes de calles y carreteras y actos en todo el país.
EFE
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