Corea del Sur utiliza este tipo de propaganda, que remonta a la guerra de Corea (1950-53), como represalia a lo que considera las constantes provocaciones de Pyongyang.
Corea del Sur anunció que iba a retomar el domingo sus campañas de propaganda con altavoces en dirección al Norte y denunció "la escalada" de Pyongyang, que en las últimas horas lanzó 330 globos cargados de basura.
"Hoy instalaremos altavoces contra Corea del Norte y realizaremos la transmisión", indicó la presidencia surcoreana en un comunicado, advirtiendo que "la responsabilidad por la escalada de tensiones entre las dos Coreas será totalmente del Norte".
Estas medidas, aunque "puedan ser difíciles de soportar para el régimen" del dirigente Kim Jong Un, "transmitirán mensajes de luz y esperanza para el ejército y los ciudadanos norcoreanos", aseguró Seúl.
A finales de mayo, Corea del Norte envió cientos de globos con bolsas llenas de desperdicios, desde colillas de cigarrillos hasta excrementos de animales.
Tras anunciar que dejaba de hacerlo el 2 de junio, volvió a lanzarlos este sábado, en respuesta al envío hacia el Norte por parte de activistas surcoreanos de globos cargados con panfletos de propaganda contra el régimen de Kim Jong Un.
El ejército surcoreano estimó el domingo que Pyongyang había enviado la víspera cerca de 330 globos con basura.
"Nuestro análisis indica que no contienen sustancias dañinas para la seguridad", agregó, tras precisar que los últimos globos contenían papeles y plásticos de desecho.
Riesgo de "conflicto armado"
El presidente surcoreano, Yoon Suk Yeol, suspendió el martes por completo un acuerdo militar de distensión que firmó con Corea del Norte en 2018.
Este pacto, firmado en una época de mejores relaciones diplomáticas entre los dos países técnicamente en guerra, tenía como objetivo reducir las tensiones en la península y evitar una escalada militar, especialmente a lo largo de la frontera militarizada.
Su suspensión completa permite a Seúl reanudar los ejercicios de disparos reales y las campañas de propaganda contra el régimen del Norte con los altavoces en la frontera.
Corea del Sur utiliza este tipo de propaganda, que remonta a la guerra de Corea (1950-53), como represalia a lo que considera las constantes provocaciones de Pyongyang.
La última vez que recurrió a ella fue en 2016, tras la cuarta prueba nuclear norcoreana.
En sus campañas, Seúl utiliza unos grandes altavoces para difundir propaganda contra el régimen norcoreano o música de K-pop cerca de la zona desmilitarizada que separa los dos países.
Estos mensajes exasperan a Pyongyang, que ya amenazó con disparar a los altavoces con su artillería.
"Es muy posible que la reanudación de los mensajes con los altavoces conduzca a un conflicto armado" y que "Corea del Norte reanude sus disparos en el mar Amarillo o que dispare contra los globos si el Sur vuelve a lanzarlos", estima Cheong Seong-chang, director de la estrategia para la península coreana en el Instituto Sejong.
Corea del Norte intentó borrar el rastro de la señal GPS durante varios días a finales de mayo, aunque no consiguió frenar la actividad militar surcoreana, según este experto.
"Es probable que este tipo de provocación aparezca bajo una forma mucho más fuerte en el mar Amarillo", agregó. (Con información de AFP)
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