El líder norcoreano destacó la necesidad de desarrollar más armamento atómico "para poder ejecutar ataques nucleares al enemigo desde cualquier punto en la tierra, aire, mar o bajo el agua".
El líder norcoreano, Kim Jong-un, ordenó a su Ejército preparar nuevos ensayos nucleares, en pleno incremento de la tensión en la península coreana por las sanciones internacionales impuestas a Pyongyang y las maniobras militares conjuntas de Seúl y Washington.
Kim destacó la necesidad de desarrollar más armamento atómico "para poder ejecutar ataques nucleares al enemigo desde cualquier punto en la tierra, aire, mar o bajo el agua", según recoge la agencia estatal norcoreana KCNA.
El líder norcoreano hizo estas declaraciones durante su asistencia a un lanzamiento de misil balístico, según el medio oficial del régimen "juche", que no precisó cuándo tuvo lugar.
Kim "dio instrucciones para conducir más test de explosiones nucleares y estimar así el poder destructivo de cabezas atómicas de nueva producción, además de otros ensayos para incrementar la capacidad de realizar ataques nucleares", señaló la KCNA.
Ayer Corea del Norte lanzó al mar dos potentes misiles de corto alcance, en un momento de máxima presión para el régimen por la adopción de nuevas y más duras sanciones internacionales contra Pyongyang y las maniobras militares de Corea del Sur y EEUU.
Seúl cree que fueron misiles tipo Scud, lo que supondría la primera vez en lo que va de 2016 que el Ejército Popular norcoreano lanza este tipo de proyectil desarrollado en la Unión Soviética hace seis décadas.
Pyongyang ha intensificado su retórica belicista y sus exhibiciones de poderío militar desde la adopción de nuevas sanciones internacionales contra el país, a raíz de su cuarta prueba nuclear del 6 de enero y el lanzamiento de un cohete espacial, el 7 de febrero, considerado un ensayo de misiles encubierto.
Asimismo, Corea del Sur y Estados Unidos, contrarios a tolerar los avances armamentísticos del régimen de Kim Jong-un, exhiben estos días músculo militar con las mayores maniobras conjuntas de su historia en suelo surcoreano, en las que participan más de 17.000 tropas estadounidenses y 300.000 del país asiático.
EFE
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