Ambas fueron encontradas en un carro cuando se diponían a mantener relaciones. El castigo fue seis azotes y fue presenciado por más de 100 personas.
Dos mujeres que reconocieron haber mantenido entre ellas relaciones sexuales contrarias a las leyes del islam recibieron este lunes varios golpes de vara, en aplicación de la pena pronunciada por un tribunal islámico en Malasia.
La ejecución de este castigo desencadenó una oleada de críticas de organizaciones de defensa de los derechos humanos que denuncian un deterioro de la situación de la comunidad gay y lesbiana en Malasia. Vestidas de blanco y con la cabeza cubierta con un pañuelo islámico, las dos mujeres sentadas en un taburete recibieron seis golpes cada una. Una de ellas estalló en llanto.
Primera vez que se reporta un caso así
Según algunos activistas, es la primera vez que mujeres malasias son azotadas por haber vulnerado las leyes del islam que reprimen las relaciones homosexuales. En el país rige un doble sistema judicial y los tribunales islámicos están habilitados para tratar las cuestiones religiosas y familiares.
Las dos mujeres, de 22 y 32 años, fueron detenidas en abril después de haber sido sorprendidas dentro de un automóvil en una plaza pública del muy conservador estado de Terengganu, en el norte del país. Ambas se declararon culpables de atentar contra una ley del islam y fueron condenadas por el Tribunal Superior de la sharía a seis golpes de vara y una multa de 3.300 ringgit (800 dólares, 690 euros).
Golpe a los derechos humanos
Un juez les leyó la sentencia este lunes en una sala repleta antes de que se les infligiera el castigo con una vara fina, según un periodista presente. La asociación malasia Women's Aid Organisation se declaró "escandalizada y horrorizada por esta grave violación de los derechos humanos".
Un responsable del tribunal, Wan Abdul Malik Wan Sidek, defendió el castigo alegando que no era tan severo como los golpes ordenados para otros crímenes por los tribunales civiles malasios. Conforme a la ley islámica, los golpes se infligen a los condenados estando estos completamente vestidos y su objetivo es más humillar que provocar sufrimiento físico. (Con información de AFP)
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