Con fragmentos del himno nacional o alusiones a canciones subversivas, los chinos dan muestras de imaginación para esquivar la censura en línea y expresar su descontento ante las restricciones contra la COVID-19.
China vigila de cerca internet, y los censores borran los contenidos que presentan la política del Estado bajo una mala luz o que pueden crear agitación.
Pero ahora la censura debe funcionar a pleno rendimiento para defender la estrategia nacional de "cero COVID", en virtud de la cual la mayoría de los 25 millones de habitantes de Shangái están confinados desde principios de abril.
Exasperados por los problemas de suministro de productos frescos, el acceso a la atención médica fuera de los casos COVID y el envío de las personas que dieron positivo al virus a un centro de cuarentena, muchos descargan su ira en internet.
Para Charlie Smith, cofundador del sitio GreatFire.org, que sigue la censura china, el confinamiento de Shangái se convirtió en "un tema tan importante que no puede ser totalmente censurado".
Los internautas rivalizan de inventiva y, para evitar la censura de una foto, recortan ligeramente sus bordes o la invierten como en un espejo. Esto frustra el programa de filtrado automatizado de los censores, que funcionan con inteligencia artificial.
Para evitar la censura de sus comentarios, los usuarios de internet también utilizan alusiones o juegos de palabras.
Internautas versus censura
Los internautas anticonfinamiento utilizan también otras tácticas.
Por ejemplo, se movilizaron en el sitio de críticas de películas y libros Douban.com, con el fin de, gracias a sus votos en línea, colocar la novela distópica "1984" en la parte superior de la clasificación.
Objetivo alcanzado, antes de que los censores intervengan.
Desbordados, estos últimos no lograron impedir la difusión viral el mes pasado de un video titulado "Voces de abril", que recogía en seis minutos historias de habitantes de Shangái desamparados ante el confinamiento.
Al modificar muy ligeramente este video de seis minutos, los internautas consiguieron desbaratar los programas de filtrado, que en un primer momento solo podían identificar (y por lo tanto censurar) la versión original.
El combate duró varias horas antes de que los censores erradicaran todas las versiones en circulación. Pero millones de personas tuvieron tiempo de ver el video.
Escandalizados por la censura, muchos internautas compartieron a continuación en la red social WeChat clips de dos canciones contestatarias: "Do You Hear the People Sing?" (del musical "Los Miserables") y "Another Brick In The Wall" (del grupo Pink Floyd).
La primera es una llamada a la rebelión. La segunda fustiga en particular el "control del pensamiento".
Los habitantes de Shangái están ahora "dispuestos a pagar el precio" para difundir opiniones críticas en internet, explica a la AFP Lüqiu Luwei, una antigua periodista que enseña en la universidad Bautista de Hong Kong.
"Las dificultades, el descontento y la ira" asociados al confinamiento "superan ampliamente el temor a ser castigado", estima.
Un chino de 46 años, Gao Ming, cuenta a la AFP que la policía lo llamó el mes pasado para pedirle que borrara los mensajes anticonfinamiento publicados en Twitter y Facebook, plataformas inaccesibles desde China.
Se negó afirmando que era "anticensura" y "totalmente en contra de la política actual", ya que el confinamiento de Shangái, según él, causó muertes innecesarias, debido al acceso perturbado a la atención médica.
Los medios de comunicación públicos insisten casi exclusivamente en los aspectos positivos, ignorando al mismo tiempo las dificultades personales de los habitantes.
Pero el Partido Comunista reiteró el jueves su apoyo "inquebrantable" a la política de "cero covid" y llamó a "luchar contra todas las palabras y actos que la ponen en tela de juicio".
Una flexibilización es tanto menos probable cuanto que el propio presidente chino defiende esta política sanitaria, observa Yaqiu Wang, responsable de China en Human Rights Watch, una organización estadounidense de defensa de los derechos humanos.
"Es más difícil para el gobierno retroceder cuando se trata de una cuestión ideológica relacionada personalmente con Xi Jinping", subraya.
AFP
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