Un tribunal del noreste de China empezó a juzgar a los líderes locales de este grupo que lucha para derrocar al Partido Comunista de China (PCCh).
Un tribunal del noreste de China ha comenzado a juzgar a los líderes locales del grupo religioso autodenominado "Quannengshen", o "Dios Todopoderoso", que fue constituido en la década de los 90 y está prohibido en el país, informaron el domingo medios estatales.
La Policía de la provincia septentrional de Heilongjiang arrestó al líder local y a los principales miembros de la secta en junio de 2017 y ahora ha comenzado a juzgarlos, según la agencia oficial Xinhua.
"Dios Todopoderoso" fue creada en la década de 1990 en la provincia china de Henan por un profesor de física llamado Zhao Weishan, quien según la policía china vive ahora una vida de lujo en Estados Unidos.
La Policía señaló en un comunicado que la secta transfirió 140 millones de yuanes (alrededor de 17 millones de euros) al extranjero entre noviembre de 2016 y marzo de 2017.
Además, cientos de personas han establecido grupos en las redes sociales como Wechat para buscar a familiares que se unieron al grupo y que desaparecieron desde entonces.
Según Xinhua, la secta prohíbe a quien entra usar el teléfono móvil, ver la televisión o leer libros que no sean los llamados "libros de Dios".
“Dios Todopoderoso”
Los adeptos a este grupo religioso creen que Jesús se ha reencarnado en una mujer china, y luchan para derrocar al Partido Comunista de China (PCCh), al que llaman "gran dragón rojo".
En mayo de 2014 este grupo ocupó los titulares nacionales cuando se volvieron virales algunos vídeos en los que aparecían cinco de sus miembros golpeando a una mujer hasta matarla en un McDonald's de Zhaoyuan, en la provincia oriental de Shandong.
La mujer se había negado a dar a los asaltantes su número de teléfono cuando ellos trataban de convencerla para que se sumara a la secta. Los miembros de "Dios Todopoderoso", por su parte, alegaron que la joven estaba poseída por un "espíritu maligno".
Las autoridades judiciales de Shandong acusaron a los autores de "homicidio intencional" y "de haber organizado y utilizado un culto malvado para minar el estado de derecho en el país".
El caso desencadenó la indignación popular, porque el vídeo de las cámaras de seguridad mostró la indiferencia del personal y de los otros clientes durante el episodio de violencia.
EFE
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