Los toros de la ganadería Miura protagonizaron el último encierro, que fue rápido, pero con cierto peligro al llegar a la plaza.
Los toros de la mítica ganadería de Miura cerraron hoy los encierros de San Fermín de 2016 con una carrera rápida y muy limpia hasta llegar a la plaza, a cuya entrada la caída de dos astados ocasionó peligro de aglomeración y puso en apuros a un corredor.
Lesionados. El encierro se saldó, según un primer balance de los servicios sanitarios, con al menos seis heridos atendidos por los equipos médicos.
Los toros de la jornada. Los Miura, con larga tradición en los Sanfermines, hicieron honor a su fama y protagonizaron un encierro muy rápido, de dos minutos y dieciocho segundos, lo que permitió a los corredores lucirse en la última carrera de las fiestas.
El encierro. Puntual, al igual que en los siete encierros precedentes, la manada salió de los corrales de Santo Domingo a las 08.00 de la mañana encabezada por los cabestros (toros mansos) y cerrada por cuatro de los bravos, con destino al coso taurino.
Mucho orden. En el primer tramo de la carrera el grupo cogió la velocidad que ya no dejó en los 850 metros del recorrido, en el que el grupo de animales fue compacto y hermanado.
Sin mayores contratiempos. Ya en la mítica calle de Estafeta, con varios miuras encabezando el grupo, la manada galopó por el centro de la vía y pudieron verse bonitas carreras, sin mayores problemas para los corredores debido al noble comportamiento de los astados.
Momento de tensión. Nada más pisar la arena de la plaza se produjo el momento de mayor tensión de este último encierro cuando dos toros bravos cayeron sobre un grupo de personas que comenzaban a aglomerarse.
Solo un susto. Astados y corredores tardaron varios segundos en poder incorporarse y la inercia de su movimiento pilló en medio a un corredor que se vio en un apuro. Una vez solventado este incidente, la manada entró en chiqueros, tras lo que sonó el último cohete de los encierros de los Sanfermines 2016. (EFE)
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