Cada vez son más las regiones españolas que insisten en el uso de la mascarilla en entornos vulnerables para reducir el impacto sanitario de la séptima ola de la COVID-19.
El número de pacientes ingresados por la COVID-19 en España se duplicó en un mes y pasó de 6 500 hasta los más de 12 000, es decir del 5,5 % al 9,9 %, por lo que cada vez son más las regiones españolas que insisten en el uso de la mascarilla en entornos vulnerables para reducir el impacto sanitario de la séptima ola.
Según el informe del Ministerio español de Sanidad del 7 de junio, la incidencia en los mayores de 59 años se encontraba en los 586 casos y repuntó hasta los 1 225, lo que llevó aparejado un incremento hospitalario -aunque dispar según el territorio- principalmente en las dos últimas semanas, en las que se acumulan 3 875 ingresados más.
Sin embargo, desde este martes el crecimiento de la presión asistencial fue menor y subió solo 4 décimas (del 9,5 % al 9,9 %), frente a la semana anterior, en la que en tan solo tres días escaló en 1,2 puntos.
También desaceleró la incidencia, que aumentaba a ritmo de más de los 100 puntos en cada informe de Sanidad y ahora lo hace sobre los 90 puntos.
La ministra española de Sanidad, Carolina Darias, apuntó a que el "crecimiento de la curva epidémica" de la COVID-19 presenta signos de "ralentización" e indicó que existe una "aminoración" en el ritmo de los indicadores.
Aun así, insistió en la "cultura del cuidado" para prevenir los contagios, ya que el verano es un momento "con mucha movilidad y mucha interacción social".
Tras la escalada de registros en el último mes, cada vez son más los territorios que se suman a la recomendación de la mascarilla en aglomeraciones y en el recordatorio de su uso obligatorio en entornos vulnerables como hospitales, farmacias o transporte público, pero descartan recuperarla en general para todos los interiores.
Aumentan hospitalizaciones
La última vez que España tuvo una media de algo más de 12 000 pacientes COVID ingresados fue durante la segunda semana de febrero, en el descenso de la sexta oleada, con una incidencia de más de 1 400 casos, pero con unas UCI que rebasaban el 16 % de presión con casi 1 600 críticos.
Sin embargo, la situación actual, con menor gravedad de casos, también complicó la atención en urgencias en algunos hospitales de España, que registraron en este período estival, con menos profesionales, un aumento de más del 20 % de su carga asistencial.
Sobre la situación en las UCI en el último mes, la media nacional pasó del 3,6 % al 5,7 % -de los 322 críticos a los 508 actuales-, un indicador que, según el semáforo COVID, sitúa ya la presión en riesgo muy alto (más del 5 %). (EFE)
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