Agentes federales entraron por la fuerza a un apartamento en Queens buscando a un familiar que no vivía allí desde hacía años y amenazaron con armas a una madre mexicana y sus cuatro hijos menores de edad, todos ciudadanos estadounidenses.
La madrugada del jueves 13 de noviembre, agentes de ICE y del Servicio de Alguaciles de Estados Unidos (US Marshal) irrumpieron en un apartamento de East Elmhurst, Queens (Nueva York), apuntando con rifles de asalto a Jennifer, una mujer mexicana de 33 años, y a sus cuatro hijos de 2, 6, 10 y 13 años.
Los agentes buscaban a un primo de la madre que se había mudado del domicilio hacía más de dos años y se marcharon sin efectuar detenciones tras una hora de interrogatorio.
Un breve video grabado por la propia Jennifer muestra el instante en que los agentes ingresan al apartamento con equipo táctico completo y de manera violenta.
"¡Levanta las putas manos, estúpida!", se escucha gritar a uno de los agentes antes de arrebatarle el teléfono.
"¡Tengo a mi bebé, tengo a mis hijos! ¡¿Qué demonios?!", "¡No me toques!", responde Jennifer mientras sostiene en brazos a su hijo de dos años.
Las cámaras de vigilancia del edificio registraron cómo los agentes, algunos con chalecos que identificaban “ICE” y “US Marshal”, rodearon la vivienda durante media hora golpeando puertas y ventanas antes de entrar por la fuerza.
Según el relato de la familia al diario estadounidense THE CITY, arrastraron a Jennifer del cabello y apuntaron directamente con un rifle de asalto a su hija mayor, Jayleane, de 13 años.
Amenazas y coacción a la familia
Durante la operación, los agentes preguntaron repetidamente por el paradero del primo y cuestionaron la situación migratoria de los niños.
"¿Cuál es la situación de los niños? ¿Son indocumentados?", recordó Jennifer que le preguntaron. Al confirmar que todos habían nacido en EE.UU., uno de los oficiales la amenazó: “Si no coopera, llamaré a Servicios de Protección Infantil (ACS), sus hijos se irán con ellos y usted tendrá que regresar a su país”.
Bajo presión, Jennifer llamó a su prima, quien aceptó entregarse días después. Los agentes abandonaron el apartamento prometiendo regresar la semana siguiente.
Desde el incidente, los cuatro niños no han regresado a la escuela. La hija de 6 años preguntó a su madre cuál es la forma "correcta" de levantar las manos cuando apuntan con un arma.
Tras el suceso la familia se trasladó temporalmente a un hotel por miedo a que los agentes vuelvan.
El esposo de Jennifer, Rigoberto, que estaba trabajando durante la redada, dijo que lleva "24 años trabajando en el mismo restaurante" y nunca ha hecho nada malo.
"Mi esposa lleva aquí 17 años. Nunca imaginamos que algo así pudiera suceder”, añadió.
Según el testimonio de la familia, los agentes nunca se identificaron formalmente ni mostraron orden judicial. El abogado de derechos civiles Ron Kuby, que representa a la familia, sugirió que el NYPD debería registrar nombres y placas de agentes federales en este tipo de operativos para garantizar rendición de cuentas.
Murad Awawdeh, presidente de la Coalición de Inmigración de Nueva York (NYIC), que difundió inicialmente las imágenes, dijo que “ICE sigue operando como una agencia descontrolada que aterroriza impunemente a los neoyorquinos”.
“Esta familia ha quedado profundamente traumatizada por lo que se siente como una invasión a su hogar. No sé en qué mundo eso sería aceptable”, añadió.