Los residentes de Florida contaron cómo vivieron el paso del huracán Irma. La tormenta tropical pierde fuerza y se dirige hacia el noreste.
El huracán Irma alcanzó este domingo las costas de los Estados Unidos con vientos de hasta 215 kilómetros por hora. En el sur de Florida recibieron el ojo del huracán que ocasionó la muerte de al menos tres personas y enormes daños sin cuantificar. Por su paso por Miami, dejó más de cinco millones de personas sin luz y viviendas inundadas.
El huracán llegó a Florida con un ejército de tormentas, marejadas y ráfagas avasalladoras. A primeras horas de la mañana del domingo, los fuertes vientos ya golpeaban los Cayos y empezaron extenderse por el sur hasta pasar por Miami y otras ciudades importantes de Florida. Este es el testimonio de los que se refugiaron en hoteles y en sus casas.
Juan Castillo. Este ingeniero estadounidense contó a El País que se quedó en su casa refugiado acompañado de diez miembros de su familia. “El huracán está siendo malo, muy malo, como esperábamos, pero no terrible. Para nosotros, el peligro es que pueda haber algún tornado”. Contó que pasó el día leyendo y viendo televisión sin bajar la guardia. “Hasta que no pase del todo, no se puede dar por acabado”.
Los Flaherty. La pareja de ancianos John y Joanne no dudaron de salir de su casa en Naples y se fueron a un hotel antihuracanes a refugiarse con lo consideraban básico. “Unas chanclas, mi esmoquin negro y suficiente vino para sobrevivir. A ver si el de arriba se levanta por la mañana y decide salvar mi botecito del ojo del huracán”, bromeó el jubilado.
Andrés Asión. Este residente de Miami, de 42 años, relató en video cómo era su refugio en un edificio antihuracanes. "Lo que he hecho es poner toallas entre las ventanas porque el viento empuja el agua hacia dentro del departamento. (..) Es la primera vez que, estando en un edificio en Miami, físicamente siento que el edificio se está moviendo como de lado a lado por el viento, que está muy fuerte. La sensación es muy extraña", detalló.
Estefanía Grandío. La argentina contó a La Nación que vio pasar el huracán Irma desde la ciudad Fort Lauderdale. Ella vive ahí junto a su familia desde el 2002. "Vemos por la ventana cómo vuelan los árboles y las cosas que ruedan por la calle. Nosotros estamos bien y estamos rezando para seguir con electricidad", dijo.
Contó que su familia tenía pasajes para irse durante el fin de semana a Chicago, pero el aeropuerto cerró antes de lo previsto por lo que se quedó en su departamento antihuracanes. "Como vivimos desde 2002 en Estados Unidos, ya pasamos por Vilma, Katrina y Matthew y sabíamos cómo actuar. El tema es que, por la información que venían dando, sabíamos que éste iba a ser más serio. Estuvieras donde estuvieras, sabías que te agarraría, y eso daba mucho”, dice.
Daniela Ortiz. Esta residente de West Palm Beach, de 43 años, se quedó en su casa junto a su esposo y dos hijos. "A la mañana había un poco de lluvia, pero a la tarde se levantó el viento con todo. Se siente como si el viento arrancara la tierra, el viento golpea contra las persianas) y el ruido es fuertísimo".
Dijo que lo más desgastante no es solo la llegada del huracán, sino los preparativos previos. "Fue muy estresante porque acá cada vez que hay huracanes la gente se desespera, las góndolas estaban vacías y había que recorrer varios supermercados, además tuve que tapiar todo el local", contó a La Nación.
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