Tanto el mandatario estadounidense como el vicepresidente, Mike Pence, fueron sido sometidos a un examen tras conocerse el contagio de un empleado en el palacio presidencial.
El presidente estadounidense, Donald Trump, ordenó este jueves exámenes diarios en la Casa Blanca después de que se conociese el contagio de uno de sus asistentes personales, a la vez que instó a una revisión de las directrices federales con diferencias para zonas rurales y urbanas de cara a la reapertura de la actividad en medio de la pandemia del nuevo coronavirus.
"He tenido muy poco contacto con esta persona (...) Acabo de tener un examen, como ya habrán oído, de hecho hice uno ayer y otro hoy, y fue negativo", explicó Trump en declaraciones a los periodistas durante su reunión con el gobernador de Texas, Greg Abbott.
No obstante, indicó que ha ordenado que los exámenes al personal interno de la Casa Blanca se hagan diariamente, en lugar de semanalmente, como se venían haciendo hasta ahora.
"Ahora mismo somos todos guerreros. Ustedes son guerreros. Nosotros somos guerreros. Puede ser que hayas estado con alguien, todo va bien y entonces algo le ocurre a la otra persona y de repente da positivo", aseveró.
Esta mañana, en un comunicado la Casa Blanca aseguraba que tanto el mandatario como el vicepresidente, Mike Pence, habían sido sometidos a un examen tras conocerse el contagio de un empleado.
Los asistentes personales forman parte de unidades militares de élite destinadas a la Casa Blanca, y a menudo trabajan de cerca tanto con el presidente como con la primera dama, por lo que ha crecido la preocupación acerca de la exposición de Trump al virus.
No se trata del primer caso en la residencia oficial ya que en marzo uno de los asesores del vicepresidente Pence dio positivo por COVID-19.
Las cifras no ceden
Estados Unidos alcanzó este miércoles la cifra de 1 245 622 casos confirmados de COVID-19 y la de 75 054 fallecidos, de acuerdo al recuento independiente de la Universidad John Hopkins.
Aunque la cifra en Nueva York, epicentro del brote, está bajando, el virus continúa su expansión en el resto de EE.UU.
Preocupado por la gravedad del impacto económico, Trump ha insistido en la necesidad de retomar la actividad lo antes posible y ha chocado en más de una ocasión con los expertos médicos que recomiendan actuar con mayor prudencia ante la magnitud de la crisis de salud pública.
El balance de fallecidos sigue por debajo de las estimaciones iniciales de la Casa Blanca, que proyectó en el mejor de los casos entre 100 000 y 240 000 muertes; pero ha superado ya los cálculos más optimistas que hizo "a posteriori" Donald Trump, de entre 50 000 y 60 000 fallecidos.
Este pasado domingo el presidente reconoció que el total estará cerca de los 100 000, al mismo que tiempo defendió la decisión de múltiples estados de eliminar gradualmente las medidas de confinamiento aunque admitió que provocará algunas muertes.
(Con información de EFE)
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