El capo de la droga colombiano "Otoniel", extraditado desde Bogotá, se declaró "no culpable" ante una jueza del tribunal de Brooklyn en Nueva York, que instruye su caso por narcotráfico.
El capo de la droga colombiano "Otoniel", extraditado el miércoles desde Bogotá, se declaró este jueves "no culpable" ante una jueza del tribunal de Brooklyn en Nueva York, que instruye su caso por narcotráfico.
Dairo Antonio Úsuga David, alias "Otoniel", compareció esposado y vestido con un buzo naranja --el que llevan los presos en las cárceles de Estados Unidos-- ante la jueza federal Vera M. Scalon.
La magistrada le informó de sus derechos y le leyó los cargos de narcotráfico que pesan en su contra: "empresa criminal continuada" y "conspirar para manufacturar y distribuir cocaína".
Un tercer cargo, uso de armas para el tráfico de droga, fue desechado debido a que no está incluido en los términos de la extradición del colombiano.
Si es hallado culpable por el jurado que le juzgará, en un proceso cuya fecha está aún por determinar, puede ser condenado a cadena perpetua. El próximo 2 de junio está prevista la próxima audiencia.
Hasta que se celebre el juicio, el acusado, cuya débil voz ante la jueza contrasta con la ferocidad de que se le acusa, permanecerá detenido debido a su "peligrosidad" y al "alto riesgo" de fuga, dijo la jueza.
Poco antes, el abogado, Arturo Hernández, que estuvo a su lado haciendo de traductor, había informado de que no presentarían una petición de libertad bajo fianza.
"Nadie está por encima de la ley"
Conocido también por alias como "Mao", "Gallo" o "Mauricio Gallo", Otoniel es uno "de los capos de la droga más peligrosos y más buscados del mundo", había dicho antes de su comparecencia ante la jueza el fiscal federal del tribunal de Brooklyn, Breon Peace.
"Creía que era intocable, hasta ahora", dijo Peace, que advirtió que "nadie está por encima de la ley".
Llegado a Nueva York en la noche del miércoles, la justicia estadounidense acusa a Úsuga de que actuó como líder de alto nivel dentro del CDG desde su inicio, aunque fue el "líder supremo" durante "los 10 últimos años".
Este cártel era una "empresa criminal continuada responsable de exportar cargamentos de cocaína de múltiples toneladas desde Colombia a México y a Centroamérica para su importación final a Estados Unidos".
Peace también lo acusó de que "reprimió a civiles inocentes, impuso cierres y huelgas y una especie de ley marcial" en los territorios que controlaba en Urabá, Antioquia, para ordenar el cierre de negocios" y los ciudadanos de esas regiones tenían que quedarse en casa.
"Ordenó a los soldados del Clan del Golfo que ejecutaran a cualquiera que desobedeciera sus órdenes", sostuvo el fiscal en una conferencia de prensa.
90 toneladas de cocaína
Tras recordar que Estados Unidos enfrenta una "devastadora" crisis de sobredosis, la jefa de la DEA, la agencia contra la droga estadounidense, Anne Milgram, indicó que más del 90% de la cocaína que llega a Estados Unidos procede de Colombia.
"La DEA no se detiene ante nada para investigar y desmantelar las redes criminales que amenazan la seguridad y la salud del pueblo estadounidense", dijo, tras explicar que la agencia lleva casi 20 años investigando a Otoniel.
Según Milgram el CDG colaboró con los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación, mexicanos, para introducir droga en Estados Unidos. Estos últimos, dijo, son los "responsables de la mayoría del fentanilo" que llega a Estados Unidos, principal causante de las muertes por sobredosis.
"La cocaína del Clan del Golfo está a menudo mezclada con el fentanilo de los cárteles mexicanos, creando una letal combinación que mata a estadounidenses", sostuvo.
Para dar una idea de la gravedad, la acusación asegura que el cártel colombiano trató de introducir más de "90 toneladas" de cocaína en Estados Unidos con un valor de más de "2.000 millones de dólares".
Acusado en Colombia
La justicia colombiana también lo acusa de homicidio, terrorismo, reclutamiento de menores, secuestro y delitos sexuales, entre otros crímenes que cometió cuando fue guerrillero y paramilitar, antes de convertirse en el narco más buscado de Colombia.
Las víctimas habían solicitado la "suspensión" de la extradición, alegando su derecho a conocer la verdad y a ser reparadas. Pero la justicia colombiana dio luz verde a su traslado el miércoles.
Para el gobierno, la captura y posterior extradición de Otoniel es el golpe más contundente que ha recibido el narcotráfico desde la muerte de Pablo Escobar.
Nacido en una familia campesina del noroeste de Colombia, Úsuga ha sido señalado por las autoridades de abusar de niñas y adolescentes en sus zonas de injerencia.
En 2017 había anunciado su intención de llegar a un acuerdo para someterse a la justicia, pero el gobierno contestó con una feroz persecución.
El Clan ha sido diezmado por una serie de golpes de las autoridades contra el círculo cercano de Otoniel. Tras su captura, Duque proclamó el principio del fin de la que es considerada la mayor banda narco del país.
(AFP)
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