La ONG Safe Haven Baby Boxes ha puesto al servicio de hospitales, estaciones de bomberos o de la policía estas cajas, parecidas a un buzón, pero que en realidad son una especie de incubadora.
Una organización de Indiana (EE.UU.) busca evitar con "buzones" inteligentes para bebés que aquellas madres que no los desean los abandonen en las calles y tengan un lugar en el que anónimamente puedan dejarlos a salvo.
Safe Haven Baby Boxes ha puesto al servicio en hospitales, estaciones de bomberos o de la policía estas cajas, parecidas a un buzón, pero que en realidad son una especie de incubadora con sensores que miden la temperatura y avisan cuando se coloca a un bebé en su interior.
Una alarma silenciosa se dispara y avisa a los servicios de emergencia, para que recojan al recién nacido en menos de tres minutos en estos cálidos buzones que están en Indiana, Ohio, Pensilvania y Arkansas, y con planes de extensión a otros estados.
La iniciativa, ideada por Mónica Kelsey en 2016, exintegrante de los bomberos de Indiana y quien fue abandonada por su madre cuando nació, busca evitar la muerte de criaturas dejadas a la intemperie.
Sin embargo, Priscilla Pruitt, portavoz de Safe Haven Baby Boxes, explicó a EFE que el mayor impacto que han logrado es la posibilidad de hablar a través de una línea de atención con las madres que preguntan sobre las cajas y persuadirlas de mantener a sus bebés.
Estas cajas, veinte en el país, siete de ellas en Indiana, son un "último recurso" para las mujeres desesperadas, precisó Pruitt.
Antes que lleguen a ese extremo, la organización de Kelsey ofrece servicios sociales, ayuda médica y consejería para que no abandonen el niño.
Pruitt dijo que desde el momento en que comenzaron a funcionar las cajas en Indiana se auxiliaron a unas 2.000 madres en crisis y no hubo más niños muertos tras ser abandonados.
En Estados Unidos existe desde 1999 la llamada ley Safe Haven, que permite que los niños sean entregados en hospitales, estaciones de bomberos y de policía, sin que las madres sean cuestionadas o se arriesguen a ser penalizadas.
Sin embargo, muchas de las que se enfrentan a la realidad de tener que abandonar a sus hijos prefieren no dar la cara y ser reconocidas en el momento de la entrega, y decenas de bebés son encontrados todavía en basureros, portales de edificios o en la propia calle, algunas veces sin vida.
Según la National Safe Haven Alliance, desde que la ley entró en vigor en Texas, más de 3.600 niños fueron entregados legalmente en todo el país. Pero también hubo unos 1.500 abandonos ilegales, de los cuales solamente una tercera parte fueron encontrados vivos. (EFE)
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