¿Por qué no aceptaba celebrar ahí la boda? "Por nuestra raza cristiana, perdón, por nuestras creencias cristianas", dijo la dueña de la sala de matrimonios en Misisipi, Estados Unidos.
Una sala de casamientos del sur de Estados Unidos se negó a celebrar la unión de un hombre negro y una mujer blanca, alegando "motivos religiosos" para oponerse a los matrimonios homosexuales en interraciales en un video que se hizo viral. La pareja, que estaba en contacto desde días atrás con los responsables del salón Camp Event Hall, en Misisipi, recibió un correo electrónico en el que se rechazaba su propuesta por "convicciones religiosas".
La hermana del hombre se trasladó al lugar para recibir mayores explicaciones y filmó su diálogo con una mujer que le dijo, directamente, que su comercio no llevaba a cabo "matrimonios homosexuales o interraciales". ¿Por qué no aceptaba celebrar ahí la boda?. "Por nuestra raza cristiana, perdón, por nuestras creencias cristianas", respondió la mujer, presentada por la prensa como propietaria del lugar, cuando se la interrogó sobre los motivos de su decisión.
La versión de una de las dueñas del local
"Estaba equivocada"
El video, publicado primeramente en el sitio de informaciones locales Deep South Voice, se volvió viral, desatando una lluvia de críticas contra la dueña del salón. La mujer se disculpó torpemente en su perfil de Facebook, al que ya no se puede acceder. Ahí explicó que había crecido en Misisipi en una familia en la que la regla tácita era "estar con la raza de cada uno".
A pedido de su marido, señaló, buscó en la Biblia argumentos para sostener su decisión. "Lo hice el sábado, el sábado por la noche, el domingo, y después de discutir con mi pastor en la noche del domingo, llegué a la conclusión de que estaba equivocada", indicó.
Los matrimonios entre afroamericanos y blancos fueron autorizados en el conjunto de Estados Unidos en 1967 por un fallo de la Corte Suprema conocido como "Loving contra Virginia". En 2016, el estado de Misisipi, uno de los más religiosos del país autorizó a los comerciantes a negarse a organizar, por motivos religiosos, ceremonias de unión entre parejas del mismo sexo o transexuales.
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