Hijo de una inmigrante, magnate de la construcción, showman de la televisión. La historia de Trump es todo, menos convencional.
El republicano Donald Trump ha demostrado ser inmune a las críticas. Durante toda la campaña presidencial pasada, ha sido acusado de acoso sexual, de xenofobia, de mentiroso. Ni siquiera su agresivo discurso contra las comunidades latinas, sus polémicas declaraciones, ni su propuesta de construir un muro en la frontera con México hicieron que su popularidad caiga. Todo lo contrario. ¿Pero de dónde salió este egocéntrico magnate de la construcción, reconvertido en líder político?
El inicio del empresario. Donald Trump nació en Queens, New York el 14 de junio de 1946, estudió en la Escuela de Negocios de Wharton de la Universidad de Pensilvania y se graduó en 1968, con un grado de Bachiller en Ciencias, Economía y Antropología. Su madre era una inmigrante escocesa y sus abuelos paternos de origen alemán. Técnicamente, Trump es un descendiente de inmigrantes, como millones en Estados Unidos.
El magnate de la construcción no comenzó desde la pobreza ni desde la clase media. Su visión empresarial fue respaldada desde un inicio por una fortuna familiar que le permitión lograr rápidamente importantes hazañas en el mundo de las bienes raíces. Tras el retiro de su padre del negocio, heredó la Trump Organization, pero fueron sus osadas decisiones y estrategias las que hicieron crecer a la empresa al punto que la revista Forbes lo ubica en el puesto 405 en la lista de los más ricos del mundo, con una fortuna de 4 mil millones de dólares.
El origen de la fama. Sus talento empresarial, su matrimonio con Ivana Zelnickova Winklmayr, luego conocida como Ivana Trump (1977); la construcción del Grand Hyatt (1980) y la apertura de la Trump Tower (1982). Todo eso (y un tanto más) le permitieron a Trump conseguir la atención de los medios de espectáculos y de economía. Sus millonarias deudas y sus lujosas adquisiciones también le ayudaron a elevar su fama. Su aparición en distintas producciones del "show business" y su reality The Apprentice le dieron luego notoriedad a nivel global.
Carrera política. Entonces llegó la política. En 1999 intentó postular a la presidencia a través del Partido Reformista de Jesse Ventura, pero decidió finalmente no presentarse. En 2004 se convirtió en presentador del reality show para emprendedores The Apprentice, convirtiéndose en una celebridad global. En 2012 coqueteó con la posibilidad de postular al partido republicado por primera vez, pero terminó apoyando a Mitt Rooney. Además, cuestionó la nacionalidad de Barack Obama y solicitó que mostrara su acta de nacimiento. Aun así, no pudo evitar su reelección y la victoria demócrata.
El 16 de junio del 2015, después de haber lanzado duras críticas contra las élites políticas estadounidenses, oficializó su precandidatura para las elecciones de noviembre de 2016, su slogan fue "Make America Great Again" (Hagamos a Estados Unidos grande otra vez). Desde entonces, Donald Trump ha logrado dos cosas muy distintas una de la otra. Primero, sumar una enorme lista de enemigos por sus declaraciones contra los inmigrantes ilegales. Segundo, más y más electores conservadores a favor de sus posturas nacionalistas y radicales, que lo ven más cercano al espíritu de su partido que al resto de candidatos.
El análisis de su éxito. "El estilo directo y populista en el discurso de Trump, muy alejado del habitual tono de los políticos, le ha conferido autenticidad a ojos del sector más desencantado del electorado de la derecha. Los analistas políticos hacen cábalas y han elaborado hipótesis de lo más variopinto para explicar su éxito", asegura la revista JotDown.
"Por un lado resulta obvio que el mensaje de Trump es populista, maniqueo y reduccionista. Parece guiarse por la vieja máxima de perseguir que se hable de él, aunque sea mal. Toda publicidad es buena", y desde luego, ha gozado de cantidades ingentes de publicidad aunque en su mayor parte consistan en ataques.
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