A Juan Castillo, hispano de 37 años, lo declararon muerto tras recibir una inyección letal en la prisión de Huntsville.
El estado de Texas (Estados Unidos) ejecutó ayer a Juan Castillo, un hombre que en 2003 utilizó a su novia como anzuelo para seducir a su víctima, a la que pretendía robar pero que terminó asesinando.
A Castillo, hispano de 37 años, lo declararon muerto a las 18.44 hora local (23.44 GMT) tras recibir una inyección letal en la prisión de Huntsville (cercana a Houston), según notificó el Departamento de Justicia Criminal de Texas (TDCJ, en inglés).
Sus últimas palabras fueron: "A todos los que han estado ahí para mí, saben quiénes son. Los quiero a todos. Nos vemos al otro lado".
A Castillo lo condenaron a muerte por asesinar en diciembre de 2003 en San Antonio (Texas) al joven Tommy García, un crimen que cometió junto a tres cómplices, entre ellos su novia de entonces.
Siguiendo el plan que habían urdido para el robo, la chica sedujo a García y lo convenció para conducir su vehículo hasta un descampado con la falsa promesa de mantener relaciones sexuales y consumir drogas.
Una vez ahí, mientras se besaban dentro del vehículo, Castillo y otro de los cómplices, armados y con máscaras, atacaron a García.
El joven logró zafarse de sus atacantes y emprendió la huida a pie, pero Castillo lo mató de siete disparos.
Así lo confesaron durante el juicio sus tres cómplices, que no fueron condenados a muerte, y recibieron penas menores, aunque Castillo defendió hasta el día de hoy que no fue él quien disparó.
La novia de Castillo ya quedó en libertad condicional, mientras que los otros dos cómplices, condenados a 40 años de cárcel cada uno, también podrán solicitar esa medida alternativa a partir de 2024, tras cumplir la mitad de su pena. (EFE)
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