A partir del 19 de febrero, además dejará de ser obligatoria la mascarilla para los menores de doce años, una medida que había generado debate entre las autoridades de Bélgica.
Bélgica dejará de exigir el uso de mascarilla en exteriores e interiores a los niños menores de doce años y eliminará el teletrabajo obligatorio tras constatar un descenso de los contagios por COVID-19 en las últimas semanas.
La decisión fue adoptada este viernes por el Gobierno federal belga tras una reunión del comité encargado de la gestión de la pandemia, en la que también se aprobó reabrir discotecas y salas de baile y acabar con las restricciones en bares y restaurantes.
El primer ministro belga, Alexander De Croo, explicó que la ralentización de los contagios y la disminución de las hospitalizaciones permite relajar las restricciones y agradeció el esfuerzo colectivo que lo ha permitido, pero lanzó también un mensaje de prudencia.
"Hoy damos un enorme paso adelante, vamos hacia una nueva normalidad, pero sería un error creer que hemos logrado erradicar el virus", dijo De Croo, llamando a mantener las medidas de higiene, ventilar adecuadamente los interiores y vacunarse.
El país pasaría a partir del viernes próximo a estar en "código naranja", lo que permite relajar medidas adoptadas para contener la variante ómicron como el teletrabajo, que pasa de ser obligatorio cuatro días a la semana a estar solo "fuertemente recomendado".
A partir del 19 de febrero, además dejará de ser obligatoria la mascarilla para los menores de doce años, una medida que había generado debate entre las autoridades belgas.
Otras medidas
El ministro de Sanidad, Franck Vandenbroucke, había abogado por mantener la medida al considerar que no haberla adoptado en la anterior ola de COVID-19 fue una de las causas de que esta se hubiese cebado con las escuelas.
Uno de los principales beneficiados de la relajación serán los locales de ocio nocturno como salas de baile y discotecas, que podrán reabrir tras dos meses con la persiana bajada, mientras que para los bares y restaurantes se elimina la obligación de cerrar a medianoche que imperaba hasta ahora.
Se suprime también el límite de aforo y el máximo de seis personas en una misma mesa, mientras los clientes podrán volver a consumir en la barra y no estarán obligados a llevar mascarilla, aunque los camareros sí deberán utilizarla.
"Pienso mucho en los autónomos, en los que trabajan en el sector de eventos, cultural, de la noche, que son sectores que han estado afectados por un periodo muy largo, son actividades que hemos confinado sencillamente para ralentizar la propagación del virus y eso ha ayudado a ralentizar la circulación. Gracias a todo el mundo", dijo De Croo sobre uno de los sectores que más ha sufrido las restricciones en el país.
Además, se eleva el foro permitido para eventos públicos y privados hasta el 80 % de la capacidad del establecimiento o del 70 % si se trata de un acto en el que hay posibilidad de moverse, como las salas de concierto. Para las actividades de ocio en interior se amplía el máximo de personas permitidas a 200, mientras que en el exterior se eliminan los límites.
El Gobierno belga ha decidido mantener, sin embargo, el uso del certificado COVID -que prueba que una persona está vacunada, ha dado negativo en un test reciente o ha pasado la enfermedad- como requisito para acceder a establecimientos de ocio o eventos con muchos asistentes.
(Con información de EFE)
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