Olivier Véran, ministro de Salud de Francia, indicó que por el momento el país “está muy lejos de una segunda ola”. Como medida para controlar mayores contagios, el gobierno de Macron impuso como obligatorio el uso de mascarillas en espacios públicos cerrados.
El ministro de Salud de Francia, Olivier Véran, indicó este lunes que se registran en el país entre 400 a 500 focos activos de COVID-19 pero descartó una llegada inminente de una segunda ola.
"Observamos que hay signos preocupantes de un resurgimiento de la epidemia", dijo Véran a la radio Franceinfo, mencionando "entre 400 y 500 focos de coronavirus" activos, en particular en la mitad norte del país.
No obstante, precisó que "por el momento" Francia está "muy lejos de una segunda ola".
Para controlar la propagación de la epidemia Francia amplió desde este lunes el uso obligatorio de mascarillas en espacios públicos cerrados bajo pena de una multa de 135 euros (155 dólares).
Portar un tapabocas desechable o de tela ya era obligatorio en los transportes públicos, cines, salas de espectáculos y museos desde el 11 de mayo, pero ahora los franceses deberán también llevarlo en los centros comerciales, administraciones y bancos.
"Salvar vidas, proteger a los más vulnerables, reducir la circulación del virus: de nuestro civismo depende la salud de todos", escribió el domingo en Twitter el primer ministro Jean Castex.
Francia inició a mediados de mayo un proceso de desescalada progresivo tras casi dos meses de confinamiento de la población. En total 30 152 personas han muerto del nuevo coronavirus en Francia desde el 1 de marzo.
AFP
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