El gobierno central no se opone a un toque de queda, pero estima que este régimen de excepción necesita, desde el punto de vista legal, la proclamación previa del estado de alarma y pide para ello el acuerdo de todas las regiones.
Nuevas restricciones para luchar contra la pandemia de coronavirus entran en vigor este sábado en Madrid, mientras que el gobierno de España estudia proclamar el estado de alarma a nivel nacional para permitir aplicar toques de queda localizados.
Unos días después de que España superara el millón de casos de COVID-19, las autoridades regionales, que tienen las competencias en materia de sanidad, acentuaron la presión sobre el gobierno para que les otorgue el derecho a imponer mayores restricciones.
En la práctica, esto querría decir que el gobierno de Pedro Sánchez declara el estado de alarma a nivel nacional, lo que permitiría a las comunidades imponer toques de queda, como los que ya se aplican en varios países europeos.
Hasta ahora, nueve de las 17 comunidades autónomas españolas pidieron formalmente esta medida. El gobierno debería tomar una decisión durante una reunión extraordinaria el domingo.
En la capital, el estado de alarma, que el gobierno central decretó hace dos semanas para permitir su cierre perimetral, llega a su fin este sábado.
Tras esto, entrarán en vigor nuevas restricciones decididas por las autoridades de Madrid. Así, se prohíben todas las reuniones, públicas o privadas, entre personas no convivientes entre medianoche y las seis de la mañana.
Los bares y restaurantes deberán cerrar a medianoche y su aforo quedará restringido al 50%.
España, uno de los países más duramente golpeados por la pandemia con cerca de 35 000 muertos, superó el miércoles oficialmente el millón de casos de COVID-19. Pero el presidente español afirmó que el "número real" de personas contagiadas desde el inicio de la pandemia "supera los tres millones".
AFP
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