Según el Colectivo Contra la Islamofobia, la bañista fue echada del ambiente pese a haber reservado su estancia junto a su familia. Ocurrió en Francia.
Una mujer musulmana habría sido víctima de un nuevo caso de discriminación por usar burkini en una piscina. La agraviada no solo fue echada del ambiente privado, sino que ahora el dueño le exige dinero para la desinfección. El hecho ocurrió en Marsella, Francia.
Según contó el Colectivo Contra la Islamofobia (CCI), con base en el país europeo, la agraviada había alquilado una residencia junto a su familia. El primer día de su alojamiento ingresó a la piscina compartida sin percibir ninguna reacción por parte del personal o los copropietarios. Sin embargo, al segundo día, un vigilante la obligó a salir y le prohibió la entrada el resto de días.
Además, se le retuvieron 490 euros como garantía para que cubra la limpieza. “Me quedé sin habla porque nadie me había llamado la atención ni dicho nada antes”, dijo la afectada. También explicó que su traje está hecho de un material apropiado para nadar.
El diario El País informó que este trato contra la mujer fue impulsado por los otros dueños de la residencia. Estos habrían comunicado al arrendador que el burkini contaminaba el agua. Esta no es la primera vez que el traje de baño islámico genera polémica. En el 2016, algunas playas vetaron su uso, aunque el Consejo de Estado posteriormente ordenó el retiro de aquella prohibición.
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