El Gobierno francés, que tiene el 17,6 % de las acciones de la aerolínea, respalda los planes de la dirección.
La Fiscalía de Bobigny, a las afueras de París, abrió hoy una investigación por las agresiones que este lunes sufrieron varios dirigentes de la aerolínea Air France en el momento en el que desgranaban su plan de ajuste, que incluye el despido de 2.900 empleados, los primeros de la historia de la compañía.
La investigación, confiada a la policía de fronteras, parte de la denuncia presentada anoche por la aerolínea francesa por "degradaciones", "trabas al desarrollo del comité de empresa" y "violencia agravada".
A la denuncia de la empresa se suman las interpuestas por cinco directivos, entre ellos el responsable de recursos humanos, Xavier Broseta, que acabó con la camisa desgarrada, y el director de recursos humanos de la actividad de largo recorrido, Pierre Plissonnier.
En el comité de empresa interrumpido ayer la dirección explicaba a los representantes sindicales sus planes de ajuste, que pasan por la reducción de un 10 % de su oferta de vuelos, lo que se traducirá en la supresión de 2.900 puestos.
Un grupo de trabajadores logró superar las barreras de seguridad que les impedían la entrada al lugar, lo que provocó la suspensión del comité y degeneró en incidentes.
El presidente de Francia, François Hollande, condenó hoy y tachó de "inaceptables" esos altercados, alertó de que "pueden tener consecuencias sobre la imagen" y el "atractivo" del país, y subrayó que la única carta que debe jugarse es la del compromiso y la negociación.
Por su parte, el primer ministro, Manuel Valls, que para mostrar su apoyo acudió a la sede social de la empresa, situada en las proximidades del aeropuerto parisiense de Roissy-Charles de Gaulle, denunció que ese altercado "es obra de gamberros", y debe ser condenado.
"Constituye no solo una falta profesional, sino una falta penal, intolerable", indicó el jefe del Gobierno, que destacó que la puerta de las negociaciones debe seguir abierta para avanzar, "pero jamás bajo la amenaza de la violencia".
Valls insistió en que "el diálogo social es indispensable", pidió que la Justicia identifique y castigue a los autores de las agresiones, y solicitó a cada una de las partes que asuman sus responsabilidades y hagan los esfuerzos necesarios por el futuro de la empresa.
El Gobierno francés, que tiene el 17,6 % de las acciones de la aerolínea, respalda los planes de la dirección, pero insta a que se recuperen las negociaciones y a que los pilotos hagan concesiones.
La empresa les reclama más horas de vuelo por el mismo salario, algo a lo que se niegan alegando que sus condiciones son peores que los de colegas de competidores como Swiss Air, British Airways o KLM, socia de Air France.
EFE
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