Sarah Mullally, exenfermera se convirtió en la obispa 133 de Londres. En su primer sermón abordó los desafíos que afrontan respecto al terrorismo y los abusos sexuales en la iglesia.
Londres ya tiene a su primera mujer obispo. Se trata de Sarah Mullally, una exenfermera quien asumió este cargo, que la convierte en la tercera persona más importante de la Iglesia anglicana de Inglaterra, por detrás de los arzobispos de Canterbury y de York.
La asunción a este cargo se produjo el último sábado en la catedral de San Pablo, lugar hasta donde llegó Mullally provista del tradicional vestuario y cargando el bastón pastoral, con l que tocó tres veces la puerta del Gran Oeste de la catedral, como es tradición.
Tras su ingreso y la realización de la misa, la obispo brindó un sermón en el que abordó el tema de los desafíos que enfrenta Londres, como los ataques con cuchillo, e hizo una alusión a los abusos sexuales en la Iglesia.
"Debemos hablar en nombre del conjunto de Londres, trabajar para combatir la violencia y el crimen que han llevado a las madres a limpiar la sangre de sus hijos de nuestras aceras", manifestó.
Las mujeres obispos
La ordenación de mujeres obispo fue aprobada por la iglesia anglicana de Inglaterra en 2014 en el marco de una reforma histórica adoptada tras áridas negociaciones entre los que se oponían a esta y los que la apoyaban.
Las mujeres pueden ser ordenadas sacerdote en Inglaterra desde 1992 y en la actualidad representan un tercio del clero. Cabe indicar que la primera mujer obispo fue ordenada en enero de 2015 en la catedral de York. (AFP)
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